La maestra Lorena Giacomán Arratia, Directora Académica de Ibero Torreón, fue elegida Asistente de Educación para integrar el equipo de consultores de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús. Un equipo de gobierno formado hasta este nombramiento solo por jesuitas, por lo que constituye la primera vez en México que una mujer es invitada para ayudar a tomar las decisiones concernientes al proyecto educativo jesuita en el país.
Lo anterior es congruente con las innovaciones que Ignacio de Loyola y los primeros jesuitas introdujeron en la vida religiosa al fundar la Compañía de Jesús. Desde el principio, algo muy inusual para la época, incluyeron mujeres en la lista de sus colaboradores y les confiaron puestos de responsabilidad, en las que incluso les encargaban dirigir la salud espiritual de otras personas.
En los Ejercicios Espirituales la figura del hombre Jesús ocupa todo el centro de las meditaciones y reflexiones. Y aunque parece estar ausente, invisible, la presencia de la mujer irrumpe con fuerza insólita en las meditaciones donde se cuecen las decisiones más importantes que tomará el ejercitante.
En ese escenario interior emergen tanto las mujeres de la propia biografía personal como aquellas que pueblan las historias del Antiguo y Nuevo Testamento, y también las que han marcado con su vida y lucha la historia de la sociedad.
De hecho, es a María, a la que se le pide conceder la gracia de ser puestos con su hijo para ayudar a cargar su cruz, símbolo del acompañamiento a los que son injustamente crucificados por las injusticias.
Las mujeres en la espiritualidad jesuita son las que nos ponen junto a los crucificados de la historia, para bajarlos de su cruz y transformar su suerte.
*Texto. Carlos Mario Castro