Académica del SUJ alerta exceso de uso de celulares y redes sociales

  • Académica en el SUJ considera que el uso indiscriminado de dispositivos electrónicos y redes sociales es una pandemia silenciosa.

 

 

Flor Vargas, académica de la universidad jesuita IBERO Torreón, considera que si la adicción a las pantallas se midiera en función de las alteraciones físicas, pérdida de facultades y afectaciones a la vida que provocan, muy probablemente no habría dudas para controlar y limitar su uso: “Dudo que haya padres y madres que compraran un celular a sus hijos si estuvieran conscientes de los efectos negativos que provoca su uso indiscriminado”.

 

Para ayudarnos a identificar el tipo de uso que hacemos de nuestros dispositivos electrónicos, Vargas nos sugiere preguntarnos ¿a qué edad comenzamos a pasar tiempo viendo dispositivos móviles?, ¿a qué edad se lo hemos permitido a nuestros hijos?, ¿cuánto tiempo estamos enganchados cada día?, y si en lugar de pantallas fuera una droga ¿a qué edad se las daríamos a nuestros hijos?

 

Si bien un celular, una tableta o una computadora son herramientas para el trabajo o para estudiar, esos no son los principales usos que se dan a dichos dispositivos, de hecho muchos niños y jóvenes nunca usan la función de telefonía de sus celulares.

 

La académica en el SUJ precisó que entre los efectos del uso problemático de dispositivos electrónicos y redes sociales están “… problemas de concentración por la hiperestimulación, hábitos poco saludables respecto al sueño y la alimentación, hay niños y jóvenes que no saben labores tan elementales como cocinar o lavar porque pasan horas enajenados, ó ansiosos para lograr el siguiente “pase” o “shot” que los mantenga en paz sin notar que se les van las posibilidades de crecer sanamente. Y todo ocurre frente a nuestros ojos”.

 

A las madres y padres, Flor Vargas les pide puedan revisar si sus hijos hacen un uso adecuado de sus dispositivos haciéndose las siguientes preguntas: ¿Verdaderamente nuestros hijos usan el celular, preponderantemente, para cuestiones académicas?, ¿será que tienen la suficiente autorregulación para gestionar el uso del aparato?

 

En cuanto a la autorregulación, la experta en el SUJ considera importante reconocer que dejar a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes el uso adecuado de sus dispositivos no es útil pues, si a un adulto maduro y con experiencia le cuesta ponerse límites y respetarlos, a una persona cuya maduración no ha concluido les es prácticamente imposible: “Este es un problema que sabemos de tiempo atrás y no hemos querido hacerle frente, le hemos encontrado justificaciones para no actuar; sin embargo es importante que revisemos los efectos que nos provoca como menos retención de nuestra memoria, menos tolerancia, los cuales son algunos datos de las alteraciones neuronales que genera el uso indiscriminado de nuestros dispositivos y redes sociales”.

 

Como SUJ consideramos que el uso de la tecnología es fundamental para ayudarnos a mejorar nuestras condiciones de vida. Para lograr ese propósito a favor de niñas, niños, adolescentes y jóvenes es fundamental lograr un uso controlado y con propósitos claros que sea supervisado por personas adultas.

 

El uso responsable de los dispositivos electrónicos incluye el cuidado de la privacidad y la integridad personal; la prevención del bullying, sexting, acoso; el convertirlo en una herramienta que enriquezca los diferentes aspectos de nuestras vidas y no un sustituto de nuestro desarrollo personal o de los espacios de socialización e interacción con otras personas.

 

 

 

Información de IBERO Transforma

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