- Aun cuando en México el 40% de la población indígena habita en entornos urbanos, no existe una oferta educativa adecuada para dicho sector.
Durante la presentación del libro “Discriminación, sesgos cognitivos y derechos humanos: perspectivas y debates transdisciplinarios”, la Mtra. Sylvia Schmelkes reflexionó sobre las distintas carencias de la oferta educativa para los pueblos originarios mexicanos.
Entre los datos compartidos, la Mtra. Schmelkes señaló que de 32 estados de la República, sólo en 24 hay preescolares y primarias del sistema intercultural y bilingüe. De igual forma, la experta expuso que aún habiendo escuelas interculturales y bilingües no hay garantías de que en dichas escuelas se hablen y se enseñen las lenguas indígenas de la comunidad a la que sirven.
Para profundizar sobre la pobreza de la oferta educativa para los pueblos indígenas mexicanos, la académica en el SUJ compartió los siguientes datos:
- El 10% de estudiantes indígenas de preescolar y el 8.3 % de primaria no tienen al menos un profesor que hable su lengua.
- El 40% de las y los maestros sólo hablan español, aún cuando trabajen en una comunidad indígena.
- Cuando los docentes hablan una lengua indígena, muchas veces ésta es diferente a la lengua de la comunidad en la que trabajan.
- Hay profesores a quienes no se les enseñó a escribir su propia lengua, lo cual les impide enseñar la gramática de la lengua originaria.
- Dado que la educación bilingüe concluye en la primaria, a las y los niños que sólo hablan su lengua materna se les dificulta ingresar o mantenerse en la secundaria dado que allí la educación es únicamente en castellano, lo cual explica porque la población indígena suele presentar resultados más bajos que la población mestiza.
Frente a esta realidad, la Mtra. Schmelkes identifica un patrón muy perjudicial que se caracteriza por la asociación “natural” de lo indígena con la pobreza: “Al entender así a los pueblos indígenas, se les brindan servicios básicos pobres, incluídas las escuelas que operan de manera mucho más deficiente en zonas indígenas que con otras poblaciones del país que también viven en situación de pobreza”.
Como SUJ nos parece fundamental exponer que en nuestro país la desigualdad se profundiza ante políticas y acciones de gobierno que parten de prejuicios y discriminación, como es el caso de la oferta educativa que no se esmera por elevar su calidad, sobre todo cuando se dirige a los sectores de la población en mayor desventaja.
Desde un enfoque de derechos humanos, el Estado mexicano tiene la obligación de realizar todas las acciones a su alcance para abatir la desigualdad y ampliar las condiciones de vida y oportunidades de futuro a las poblaciones más vulnerables.