- El Dr. Ricardo Velázquez, investigador en el SUJ, analizan los riesgos a que están sometidas las pensiones de las personas adultas mayores.
- “La democracia funciona para ampliar los proyectos sociales a grupos excluidos. Los poderes públicos deben analizar y atender los riesgos a que se enfrentan los programas sociales para garantizar su sostenibilidad y alcance”, académico en el SUJ.
El Dr. Ricardo Velázquez Leyer, experto en Ciencias Sociales en el SUJ, considera que La Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores del gobierno federal tiene tres riesgos: no es sustentable, incentiva el empleo informal y tiene fallas de implementación:
- No tiene sustentabilidad. La Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores es un programa social de transferencia no contributivo. Este tipo de programas no tienen una fuente de financiamiento, lo que implica que para poder realizarlo hay que disponer del presupuesto de otros programas dirigidos a otros grupos de la población. Una de las dificultades de este programa en concreto es que sus necesidades presupuestales seguirán creciendo porque la población en México seguirá envejeciendo.
- Desalienta la formalización del mercado laboral. Los empleadores(as) podrían considerar que no tiene sentido inscribir a sus trabajadores al IMSS o al ISSSTE porque al final el gobierno entregará una pensión. De igual forma los empleados(a) podrían no querer contribuir a un programa de pensiones como el IMSS o ISSSTE si al final se les entregará una pensión asistencial.
- Implementación deficiente. Al principio el programa operaba bien, pero cada vez hay más evidencias de que no todas las personas están recibiendo la pensión aunque su diseño es universal.
Desde el punto de vista de Velázquez Leyer, las pensiones contributivas son las únicas que realmente ofrecen una protección a las personas por tres razones: 1) su monto está vinculado a los ingresos que las personas tuvieron en su vida laboral, 2) logran mantener mejores niveles de vida de la población pensionada, y 3) se adaptan de acuerdo al salario que las personas percibían.
En cuanto a las pensiones no contributivas, en México han sido las más importantes desde principios del siglo XX: el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en la Ciudad de México comenzó el programa y luego lo retomó y amplió Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
El SUJ considera importante garantizar que los programas sociales para personas y grupos excluidos sean ampliados. En el caso de la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, es fundamental establecer medidas que superen los riesgos que tiene este programa con la finalidad de que los beneficios puedan sostenerse en el futuro, independientemente de los sexenios y las administraciones que lleguen a ejercer el poder público.