- Un componente central de democracias fuertes y sanas es la participación de sus ciudadanos. En México, esto pasa por la posibilidad de que las personas tengamos acceso pleno a información y datos de calidad.
Hace un par de semanas la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) emitió una resolución en la que determina que los concesionarios de radio y televisión deben distinguir explícitamente lo que es una noticia o hecho, de las opiniones de los locutores, presentadores y líderes de opinión. Sin duda esta es una buena noticia, sin embargo, también nos plantea el gran reto de formar a las audiencias mexicanas para que puedan exigir y ejercer su derecho a tener información suficiente y de calidad.
Juan Larrosa Fuentes, académico de la universidad del SUJ, en el ITESO, precisa que la resolución de la SCJN se basó en una ley en que se contemplan los derechos de las audiencias. Este enfoque es sin duda importante porque contribuye a que cualquier persona consumidora de información pueda tener clara la naturaleza e intencionalidad de lo que consume. Al respecto, el académico enfatiza: “Es falso que esta resolución sea un intento de censura o pretenda limitar la libertad de expresión como han señalado algunos medios”.
Larrosa Fuentes agrega que en nuestro país hay un rezago en la formación de las audiencias, considerando que hay países donde, desde la educación básica, se enseña a las niñas y los niños a consumir información.
Por su parte, el coordinador de la Licenciatura en Periodismo y Comunicación Pública, Iván González Vega, afirma que ”Una audiencia bien educada en el consumo de información implica un ecosistema más sano y tiene mayor posibilidad de cuestionar un discurso disfrazado de hecho. Esto es posible, aún asumiendo que en la práctica hay información que se produce en dinámicas que no son objetivas e imparciales”.
Gónzales Vega considera importante involucrar a éstas discusiones a la población y a las organizaciones de la sociedad civil, y precisa que al respecto: “los medios digitales tienen una ventaja porque constantemente se preguntan como involucrar a las comunidades. Este cambio de modelo revela lo lejos que estábamos de hacer un periodismo que tuviera como prioridad a las audiencias”.
Ambos académicos dentro del SUJ valoran que: “La resolución de la SCJN es importante ante un sistema de medios informativos disfunsional y cuyo contenido está inundado de propaganda e información mal contextualizada. Esta resolución permite colocar que no son los medios los que conceden derechos a los ciudadanos sino que son los públicos los que ejercen estos derechos”.
En el SUJ estamos convencidos que el cambio en nuestro país no sucederá por efecto de la acción de sus autoridades sino por la acción y participación de las personas y los grupos.
La formación y capacitación para la exigencia y ejercicio de los derechos de acceso a la información, libertad de expresión y participación son fundamentales para construir una ciudadanía robusta, dinámica, propositiva y capaz de impulsar y tomar las decisiones que más convengan al bien común.