Alexander Zatyrka, S.J., nuevo Rector de la Ibero León

  • La toma de posesión del nuevo Rector de la Ibero León ocurrió durante el último informe del maestro Felipe Espinosa Torres, S.J., quien después de seis años finalizó su ciclo al frente de esta universidad del SUJ. 
  • El nuevo Rector dijo que el discernimiento es el fundamento esencial de la espiritualidad y pedagogía ignacianas del SUJ, y es su práctica como actitud de vida la que debe asegurarse en la formación de toda la comunidad educativa.
  • En el SUJ no se indoctrina a nuestras alumnas y nuestros alumnos con una colección de nuevos “prejuicios”, se les capacita para construir en libertad una escala de valores que consolide su identidad y contribución como personas en comunidad.

 

La Compañía de Jesús de México nombró Rector de la Universidad Iberoamericana de León para el periodo 2020-2024 al doctor Alexander Zatyrka Pacheco, S.J., quien antes de su nombramiento se desempeñaba como académico de tiempo completo en el Departamento Filosofía y Humanidades del ITESO.

La entrada en funciones de Alexander Zatyrka en su nueva responsabilidad ocurrió en el transcurso del último informe del Rector hasta ese momento, el maestro Felipe Espinosa Torres, S.J., quien estuvo 6 años al frente de esta universidad del SUJ, periodo en el que consolidó aún más la calidad educativa de esta universidad del SUJ en la zona del Bajío en Guanajuato, que no obstante la emergencia sanitaria apenas registró una mínima disminución en su matrícula.

En sus palabras de despedida, el maestro Espinosa dijo con tono cálido y sentido ignaciano que una de sus enseñanzas como jesuita fue haber aprendido “de uno de mis mayores que si uno no echa raíces profundas en el lugar donde la Compañía de Jesús nos ha puesto, algo ha fallado en la misión. Me voy con dos sentimientos encontrados, el primero, el dolor de despedirme y desprenderme de las raíces que poco a poco fueron creciendo en esta universidad; y segundo, el sentimiento de satisfacción de dejar un buen trabajo a lo largo de seis años”.

A continuación, se procedió a la toma de posesión de la nueva autoridad de la Ibero León. Para ello la maestra Lorena Giacoman Arratia, asistente de Educación de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús, impuso la venera de Rector al doctor Zatyrka Pacheco.

En representación del provincial jesuita, el doctor Luis Gerardo Morodo Madrid, S.J., y de la Compañía de Jesús de México, la asistente provincial dijo al nuevo Rector: “la Compañía de Jesús te confía ahora la dirección de esta obra apostólica, te pide dar continuidad al trabajo realizado y también responder con creatividad los desafíos que implicará la consolidación de la Ibero”.

Y le recomendó impulsar programas de estrategias y acciones para avanzar hacia una universidad más competitiva y dinámica; desarrollar prácticas educativas innovadoras; procurar siempre, el cuidado, acompañamiento cercano, afectuoso y a la vez, exigente de todas las personas que integran la comunidad educativa; y garantizar una universidad plural, sensible ante los acontecimientos de violencia e injusticia.

En su mensaje el nuevo Rector de la Ibero León insistió en que el sello distintivo de la educación jesuita a lo largo de más de 400 años es la “formación de personas aptas y sensibles para contribuir a una sociedad que cada vez se acerque al ideal de comunión propio de la experiencia cristiana”.

También refirió la centralidad del discernimiento en el proyecto educativo del SUJ como elemento esencial de la espiritualidad y pedagogía ignacianas, cuya práctica como actitud de vida es la que se debe asegurar en la formación de toda la comunidad educativa.

“El eje del discernimiento ignaciano no está en los elementos exteriores del que discierne, sino en su familiaridad con su conciencia. Implica un proceso de sana introspección que permita conocer las propias percepciones, la forma como hemos aprendido a entender el mundo y la capacidad de tomar distancia de nuestros discursos mentales para poder evaluarlos como constructivos o destructivos”.

En este sentido, dijo, la educación ignaciana no busca indoctrinar a nuestras alumnas y nuestros alumnos con una colección de nuevos “prejuicios”, sino capacitarlos para construir en libertad una escala de valores que consolide su identidad y contribución como personas en comunidad.

Desde este cimiento del discernimiento es que una universidad confiada a la Compañía de Jesús se inserta dentro de la sociedad, porque los retos con que ella nos desafía son prioridades de la mirada educativa y de la investigación de la universidad jesuita, que debe preocuparse por contribuir efectivamente a mejorar la situación de todos, especialmente de los más necesitados y desprotegidos.

 

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