Ana Isabel, su formación jesuita la lleva a Harvard

  • Ex alumna del SUJ, en la Universidad Iberoamericana de León,  revive el momento en que se enteró de de su  admisión a Harvard. Y reconoce que todo se lo debe a la educación ignaciana.

 

 

Ana Isabel Galván Castro tiene presente el recuerdo del momento en que la Universidad de Harvard le notificó su admisión a la maestría en Desarrollo Humano y Educación. No lo creía, tuvo que corroborar al menos tres veces para saber que no se trataba de un error. Ahora lo narra con alegría al tiempo que se alista para iniciar clases en un par de meses.

 

Estudió en la universidad jesuita Ibero León la licenciatura en Psicología, egresó en el periodo Otoño 2021. Ana Isabel explica que al terminar la preparatoria en el Instituto Lux hizo un voluntariado con niños y niñas rarámuris en Chihuahua. “Me di cuenta que había muchas carencias y, al mismo tiempo, yo era una chamaca de 18 años que quería hacer algo al respecto, pero que no tenía las herramientas para hacerlo”.

 

Su gusto por la cercanía con las personas y las conexiones humanas determinaron su interés por estudiar Psicología. Esa sería la trinchera desde la que vería por y para las y los demás.

 

Ana Isabel considera que la educación es el mejor medio para cambiar el mundo: “Ya sea que seas maestro o administrativo en una escuela o tengas una organización, tenemos que buscar formas de que la educación sea accesible a todos, justa y poniendo primero al ser humano antes que al conocimiento”.

 

¿Qué satisfacción te deja haber sido admitida?

 

”Lo siento como un logro porque es un proceso difícil. Me hace sentir muy emocionada y agradecida, porque sé que es un logro que no es solo mío, es un logro que le debo a mis papás quienes me han apoyado en el proceso y me han dado herramientas de todo tipo, desde emocionales, económicas y sociales, para poder siquiera animarme a aplicar a esto (…) Me hace sentir muy agradecida con maestros de la Ibero, con la universidad; hay maestros con los que estoy eternamente agradecida por enseñarme, por escucharme, por hacerme creer que podía y que soy capaz.

 

Agradecida también con los jesuitas, yo soy lobo de corazón; el tener una formación de hombres y mujeres para los demás, me hizo la persona que soy hoy y quien fue admitida. Me siento agradecida con las oportunidades que he tenido en la vida porque sé que gracias a ellas estoy aquí”.

 

Información de IBERO León

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