- La pandemia ha propiciado que algunos factores de riesgo se mantengan vigentes entre el aumento de suicidios y el COVID 19.
Uno de los focos actuales en el SUJ es llamar la atención sobre el dolor humano que buena parte de la sociedad mexicana sufre por distintas razones, muchas de ellas probablemente potenciadas por el contexto de la pandemia. Ante tales problemas que aquejan a la sociedad, investigadores del ITESO señalan que algunos factores relacionados con la ideación suicida han persistido durante la pandemia, entre ellos la soledad, el aislamiento, sentirse una carga y la violencia doméstica, especialmente contra mujeres y adolescentes.
Algunos datos publicados por el INEGI al respecto son:
- En Jalisco aumentaron 12.4% los suicidios cometidos en 2020 (680 casos) en relación a los sucedidos en 2019 (605); la población entre 15 y 34 años representa el 52.39 % de los casos.
- A nivel nacional hubo 7, 818 muertes por suicidio en 2020, más que los 7, 223 ocurridos en 2019. Ocho de cada diez casos de personas muertas por suicidio fueron varones.
- El 5% de la población mayor de 10 años ha pensado en suicidarse.
Las y los analistas de la universidad del SUJ y organizaciones como la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP, por sus siglas en inglés) revelan que no han encontrado evidencia directa del aumento del suicidio por factores relacionados con la pandemia en México: Una de las razones de la falta de datos específicos sobre el tema fue el incremento de espacios en los hospitales para atender los contagios de coronavirus, lo cual disminuyó los que estaban dedicados a la atención de personas en riesgo suicida.
Sin embargo, Teresita Morfín López, académica del Departamento de Psicología, Educación y Salud (DPES) en el SUJ señala La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advierte que la pandemia está aumentando los factores de riesgo que llevan al suicidio como la depresión, la violencia doméstica e intrafamiliar, la angustia o el consumo de alcohol, por lo que abrir el tema a la opinión pública es importante.
En México, algunos datos revelan el recrudecimiento de los riesgos de suicidio, por ejemplo:
- De enero a mayo de 2021 hubo 114 mil 745 llamadas de emergencia al 911 de mujeres que sufrieron violencia, lo que significa que hubo 40 mil casos más en el mismo periodo de 2020 (Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, SESNSP).
- La Línea de Atención en Crisis 075, del Instituto Jalisciense de Salud Mental (Salme), recibió 400 % más llamadas respecto a lo sucedido antes de la pandemia; de abril a diciembre de 2020 hubo más de 40 mil llamadas, siendo la ansiedad y la depresión los principales motivos de consulta. Las mujeres fueron quienes más marcaron a esa línea.
- La tasa de suicidios en menores de edad registró una cifra récord en 2020 en el país, pues hubo mil 150 casos de suicidio de niñas, niños y adolescentes entre 10 y 19 años.
Las y los analistas del ITESO llaman la atención sobre algunos factores que podrían incidir el suicidio en México, entre ellos:
- Miedo a diferentes cosas: a las personas, al futuro, a las condiciones de vida.
- Los conflictos de pareja, principalmente en los adultos jóvenes.
- El desempleo y otras afectaciones de tipo económico.
- Angustia ante acontecimientos de la vida no necesariamente identificables.
- La ansiedad.
- La violencia doméstica e intrafamiliar.
Morfín López considera que aunque es difícil identificar cuando una persona piensa en suicidio, es importante observar ciertas alertas, como aislamiento, cambio de comportamiento, abandono de interéses y gustos, incomunicación, no se es explícito en los sentimientos, regalan cosas y se despiden: la gran complejidad del fenómeno suicida es que se presenta en personas que no comunican, pero parecen absolutamente normales y no se percibe el dolor que viven en su interior, generando sentimientos de culpa en la familia por no haber advertido su estado de ánimo previo a su muerte. Se puede acompañar a una persona, escucharla, pero luego hay que buscar ayuda profesional entre los dos. Hablar con alguien alivia, pero sí es necesario el apoyo psicológico de alguien que realmente es experto en este tipo de comportamiento.
Hasta el momento no hay estudios e investigaciones que concluyan que hay una relación directa; sin embargo, gobierno, academia y sociedad civil tenemos la responsabilidad de articularnos para acompañar a las personas y a las comunidades en los dolores y quebrantos que sufren. Nuestra contribución en la prevención de casos de suicidio debe considerar el acceso a los medios y servicios de prevención, así como en la transformación de las circunstancias y causas estructurales que favorecen la existencia de casos de suicidio.