AUSJAL: Desigualdad y poca conectividad caracterizan la educación en América Latina

  • Datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) señalan que América Latina es la región más desigual del planeta y que dichas diferencias se acrecentaron con la llegada de la pandemia.

 

El Pacto Educativo Global, es un iniciativa del Papa Francisco para impulsar una transformación cultural profunda, integral y de largo plazo a través de la educación. Así, la la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL) está generando distintas actividades encaminadas a impulsar el derecho a la educación universal y de calidad.

En el diálogo virtual “Por el Derecho Humano a una Educación de Calidad en el marco del Pacto Educativo Global”, ministros y líderes convocados por AUSJAL compartieron sus análisis y prospectivas con el afán de construir un punto de partida para lograr acuerdos orientados a lograr el ejercicio pleno del derecho a la educación.

Luis Arriaga Valenzuela, SJ, presidente de la AUSJAL y rector del ITESO, señaló que es necesario reincorporar a los más de 25 millones de niñas, niños y jóvenes que han abandonado la escuela por la pandemia, así como abrir posibilidades para los 250 millones que no accedían a la educación desde antes de la crisis sanitaria: “confió que podamos profundizar nuestra cooperación y convocar a nuestros interlocutores para fortalecer su compromiso para que ninguna niña y ningún niño o joven sea excluido del pleno ejercicio de su derecho a educarse con pertinencia, relevancia, eficacia y equidad”.

Para aproximarse a la realidad de cada país antes de la pandemia, los expertos compartieron los siguientes datos: “En Argentina, sólo 5 de cada 10 adolescentes se gradúan de la secundaria. En México, cerca del 20 por ciento de la población es indígena o afrodescendiente pero de ese porcentaje, sólo el 6% está en la educación superior. En Venezuela, sólo el 37 por ciento de los hogares tiene acceso a un internet sin calidad ni rapidez. En Guatemala, la primaria cubre al 93 por ciento de la población, pero la educación secundara sólo alcanza al 49 por ciento y el equivalente al bachillerato mexicano es de apenas 26 por ciento”.

Rodolfo Elías, coordinador del área de educación de Investigación para el Desarrollo de Paraguay, señaló que “la pandemia puso en evidencia la debilidad del sistema educativo, en el que siguen operando mecanismos de exclusión y discriminación, además de que se mantiene una baja inversión, escasa atención a la diversidad cultural, social y lingüística del país y marcadas dificultades de acceso y conectividad”.

Hosy Orozco, director del Departamento de Educación de la Universidad Rafael Landívar, en Guatemala, resaltó “los problemas de acceso a energía eléctrica e internet han dificultado la respuesta del ministerio para crear una única estrategia de continuidad en la formación de los estudiantes del país, por lo que es necesario replantear el acceso a internet como un derecho universal, al menos con fines educativos. Otro reto es atender la deserción. Al menos 40 por ciento de niños y niñas de educación preprimaria fueron retirados durante la pandemia. Esto es preocupante porque a nivel nacional sólo un 60 por ciento de niños y niñas tiene acceso a la educación preprimaria”.

Mónica Maruri Castillo, directora ejecutiva del Instituto Iberoamericano del Patrimonio Natural y Cultural de la Organización del Convenio Andrés Bello (IPANC-CAB) señaló que “Ecuador optó por producir programación televisiva para llevar experiencias de aprendizaje a los alumnos confinados en sus casas, debido a que la televisión es el dispositivo más presente en los hogares de la región, contrapuesto a la falta de equipamiento y conectividad tanto de alumnos como de docentes, sumando además la carencia de las habilidades digitales de estos últimos. Ecuador reconoce que esta emergencia evidencia las diferencias y que hay mucho por trabajar, sobre todo ante las pérdida de aprendizajes y la deserción escolar”.

Frente a este escenario en la región, los expertos plantearon distintas propuestas complementarias entre sí. En ese tenor, Leonardo Carvajal, investigador y líder educativo en Venezuela, propuso realizar una investigación para conocer los resultados de las estrategias implementadas durante la pandemia, para emitir recomendaciones y generar alianzas: “Estamos obligados a aprender de la experiencia para corregir la implementación de la educación online. Más allá de que algunos gobiernos declaren su satisfacción por la masificación de la educación online debemos evaluar a profundidad lo que ha venido sucediendo con ella”.

Por su parte, Nicolás Trotta, Ministro de Educación de Argentina, señaló “Es necesario asumir un compromiso desde la esfera política, social y empresarial para poner al centro de todas las políticas públicas al campo educativo, visto como herramienta para la construcción de un mejor futuro. Más que nunca necesitamos la presencia y planificación de los estados, la construcción de consensos y posar nuestra mirada no tanto en las diferencias sino en las cosas que nos unen. Son desafíos colectivos; cambiar esa realidad demanda el compromiso de los estados. No hay niños que abandonan la escuela, son expulsados de la escuela. Es responsabilidad de los estados y de la sociedad generar las herramientas para acompañar su trayectoria educativa y enfrentar la realidad de exclusión tan presente en nuestra América Latina”.

Finalmente, David Fernández Dávalos, secretario ejecutivo de AUSJAL, recordó que la educación no es ajena al racismo, desigualdad y pobreza; sin embargo, es posible transformar la realidad compartida en nuestra la región desde ella.

El SUJ asume con intensidad el reto de encontrar puntos de encuentro en medio de tantos factores que buscan separarnos: desde enfoques raciales y económicos, hasta interpretaciones religiosas. Por ello, promovemos y acogemos solidariamente las iniciativas orientadas a hermanarnos, a trabajar colaborativamente para construir soluciones que tengan en el centro la dignidad de todas las personas; por ello asumimos con entusiasmo y esperanza la iniciativa en torno al Pacto Educativo Global que busca, a través de la educación, generar procesos de transformación social.

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