- Académico del SUJ en el ITESO junto con el Sistema Mexicano de Investigación Psicológica hacen varias recomendaciones, entre ellas dormir bien y realizar actividades físicas, como medidas para fortalecer las defensas del organismo.
A Ignacio de Loyola no se le escapaba detalle sobre los hábitos a cuidar en la formación integral de la juventud confiada a su pedagogía. Conocedor agudo de la naturaleza humana, en un tiempo donde la psicología aún no existía, el fundador de los jesuitas sabía de los beneficios del sueño para la salud física y espiritual, por eso estableció que en sus comunidades escolares “El tiempo de dormir en general parece debe ser entre seis y siete horas” (C.295); además, reconocía que por la diversidad de las personas y sus distintas naturalezas observar aquellas horas de sueño tenía que depender de la necesidad particular de cada organismo.
También recomendaba a la juventud de sus colegios practicar alguna actividad física como complemento de las mentales. Sobre todo les exhortaba desde su experiencia a no estudiar “en tiempos no oportunos a la salud corporal y que duerman tiempo suficiente y sean moderados en los trabajos de la mente, para que puedan durar en ellos, tanto en el estudiar, como después en el ejercitar lo estudiado” para incidir mejor en la realidad.
En esta dirección, y para nuestro presente de pandemia, un grupo de académicos pertenecientes al Sistema Mexicano de Investigación en Psicología, entre ellos el doctor Everardo Camacho Gutiérrez, investigador del SUJ en el ITESO, formularon varias recomendaciones para robustecer las defensas de las personas ante la COVID-19, dos de las cuales rescatan aquellas intuiciones ignacianas referidas a que dormir bien y la actividad física fortalecen las defensas ante cualquier enfermedad.
Junto con lo anterior los especialistas también sugieren alimentarse de forma correcta, tener relaciones sociales significativas, realizar actividades recreativas y de ocio, así como relajarse mediante ejercicios de respiración. Todas estas medidas robustecen distintos indicadores del sistema inmunitario de las personas
El investigador del ITESO consideró al respecto necesarias estas recomendaciones toda vez –señaló– no hay una estrategia enfocada en la prevención, debido a que “los médicos y los epidemiólogos están muy centrados en controlar el virus cuando un recurso es fortalecer a los organismos”.
Además, la información que podemos encontrar en redes sociales y noticieros insiste más en dar a conocer los síntomas, las cifras y la aplicación de la vacuna contra la COVID-19, que es importante, aunque también lo es informar a la población sobre cómo puede fortalecer su sistema inmunitario ante esta enfermedad.
Los beneficios de dormir bien para la salud
Al abundar sobre la importancia de dormir bien, Camacho Gutiérrez indicó que en condiciones cotidianas muchas personas padecen algún tipo de trastorno del sueño, entre los que se encuentran el insomnio, los problemas para conciliar el sueño o para despertarse, el sonambulismo, o la sensación de dormir sin descansar.
Añadió que “Dormir bien es un asunto natural, o debería serlo, pero entre 15 y 30 por ciento de las personas padecen algún trastorno. Esta situación se exacerba en un escenario de confinamiento”, como el que vivimos por la pandemia.
Sobre el fenómeno que han reportado algunas personas relacionado con el aumento de pesadillas, el académico del ITESO dijo que por toda la incertidumbre y estrés que provoca la pandemia es normal que la gente experimente sueños de persecución o tragedias.
No obstante, por más que resulte comprensible, dadas las circunstancias, el hecho es que no dormir bien tiene consecuencias en la salud de las personas, en su capacidad de atención y en su estado de ánimo.
Ello porque “Hay una serie de procesos metabólicos que están asociados al sueño y que ocurren mientras dormimos. Si no lo hacemos adecuadamente esos procesos se alteran y pueden derivar en problemas que se vuelvan crónicos”, expresó el investigador.
En este sentido, algunas personas tienden a recurrir al uso de somníferos o ansiolíticos para hacer el intento de inducir el sueño, pero lo más recomendable es tomar algunas acciones concretas que ayuden a conciliar el sueño y mejorar el descanso.
Por todo lo anterior, para mejorar la calidad del sueño el investigador del ITESO recomienda “hacerse de un horario fijo y respetarlo. También hay que hacer alguna actividad física, aunque es difícil por el confinamiento hay muchas herramientas para hacerlo desde casa. Es importante tener cuidado de que esa actividad física no se realice cerca de la hora de dormir, y también hay que procurar no cenar pesado. El espacio de descanso debe ser adecuado, bien ventilado y de preferencia sin televisor”.