- El especialista y analista en el SUJ nos ayuda a realizar preguntas básicas, pero fundamentales, respecto de la pertinencia de mantener la actual política antidrogas en México y en el continente.
- La política prohibicionista antidrogas implementada en el continente americano tiene más de 50 años y nació de la moral conservadora y hegemónica de Estados Unidos, la cual no se enfoca en la salud ni es respetuosa de los derechos humanos.
El análisis de Ernesto López Portillo, Coordinador del Programa de Seguridad Ciudadana en el SUJ, inicia recordándonos que la política actual contra las drogas. La cual es de carácter prohibicionista y tiene cinco décadas en función, no ha rendido como fruto, al menos, la reducción en el consumo, en la distribución, ni tampoco en el procesamiento y sanción de personas relacionadas con el narcomenudeo.
“Haga usted sus cuentas. Nombre algún lugar donde según información confiable se haya confirmado que el acceso a las drogas ilegales se redujo en los últimos años. Encuentre una escuela secundaria o preparatoria, pública o privada, donde haya menos oferta de drogas ilegales que antes. Trate de encontrar a alguien que le confirme que, en eventos sociales, conciertos, centros nocturnos, fiestas se ofrecen y usan menos drogas ilegales que antes. Platique con personas que administran restaurantes y bares nocturnos y trate de confirmar menos venta de drogas ilegales que hace cinco, diez, quince años. Haga el mismo intento con la gente encargada de investigar y perseguir a quienes se dedican al mercado de drogas ilegales. Converse con estudiantes, maestros de primaria, secundaria, universidad si identifica que hay menos drogas ilegales en la calle. Como dato duro para dar respuesta mínima a todas estas preguntas tenemos que la Oficina para las Drogas de ONU informó que entre 2019 y 2020, al menos la producción de mariguana y amapola aumentó 12%”, señala el especialista en seguridad del SUJ.
Tomando en cuenta lo anterior, López Portillo considera fundamental que la ciudadanía podamos vislumbrar que uno es el mundo de los hechos verificables y otro muy distinto el de la política de drogas: “Mientras en México algunos aplauden el operativo de la detención de Ovidio Guzmán, el cual costó decenas de vidas en un enfrentamiento propio de un conflicto armado, el presidente colombiano, Gustavo Petro, informó que la política antidrogas implementada en nuestra región desde hace 50 años es hasta el momento un fracaso, pues ha costado al menos un millón de muertos, millones de presos y, desde su punto de vista, la fuerza y poder que han conseguido las mafias multi-crimen y multinacionales actuales harían palidecer al señor Pablo Escobar”.
Retomando el mensaje del presidente colombiano, el especialista en seguridad del SUJ resalta que de mantener la actual política antidrogas, los siguientes 40 años Estados Unidos tendrá casi tres millones de muertos por sobredosis de fentanilo: “Estados Unidos verá morir de sobredosis a 2 millones ochocientos mil jóvenes por fentanilo no producido en América Latina, tendrá millones de afro-norteamericanos en sus cárceles, el afro preso se convertirá en negocio de empresas carceleras y morirán asesinados un millón de latinoamericanos más”.
Para decirlo más claro, Ernesto López Portillo cita a Zara Snapp quien afirma que: “la ONU reconoce que no ha funcionado la política prohibicionista. Por el contrario, miremos los ejemplos de Portugal y Uruguay, donde el control del mercado de determinadas drogas ilegales por parte del Estado ha reducido el consumo, la crisis de salud y las violencias asociadas. Una de las evidencias que se ha ocultado en el discurso político es que el 90% de quienes usan drogas ilegales no tiene un consumo problemático. Hasta ahora lo que sabemos es que la prohibición ha hecho más daño que las drogas”.
Retomando al presidente Petro, López Portillo enfatiza que: “Quienes ganan con ésta política prohibicionista son las élites; no solo las privadas sino también las élites públicas, pues gracias a la criminalización de las drogas se producen ganancias descomunales e incrementos interminables de fondos públicos para la llamada guerra contra las drogas”.
Si como es posible constatar con evidencia, la actual política de drogas no ha funcionado por su carácter prohibitivo, cabe hacernos una pregunta (de obvia respuesta) ¿dicha política tiene posibilidades de rendir buenos resultados de mantenerse tal cual lo ha hecho los últimos 50 años?
Como SUJ estamos ciertos que mantener el carácter y las dinámicas de la política antidrogas que hoy se implementa en México lo único que seguirá produciendo son millones de personas asesinadas, violencia, corrupción e impunidad.
Sin bien la captura de Ovidio Guzmán ha intentado ser ensalsada por todo lo alto, en realidad muestra una misma tendencia trágica: hacer un número acotado de detenciones y acciones mediáticas, minimizar los costos y tragedias contra la población, el revestimiento de gloria del gobierno en turno…, sin que ello implique tocar el núcleo del problema.
Si nos preguntamos quién pierde con esta apuesta, es trágicamente fácil la respuesta: la mayoría de la población de nuestro país es quien sufre la violencia, es la afectada en su tranquilidad y en su patrimonio, es la que pone los muertos y a la que se le olvida desde la acción y discurso público.