- Egresado del SUJ crea y patenta en colaboración con el ITESO, un equipo de rehabilitación física portátil y menos costosa.
- “Hoy en día un aparato con características similares, aunque de mayor tamaño, cuesta alrededor de 30 mil pesos contra el 5% de esa cantidad que cuesta el dispositivo que creamos” Antonio Corres.
Antonio Corres Matamoros, egresado del Doctorado en Ciencias de la Ingeniería de la universidad jesuita de Guadalajara, creó una alternativa para que la rehabilitación física sea mucho más efectiva, rápida, cómoda y económica.
Antonio diseñó un aparato de radiofrecuencia para terapia de rehabilitación de lesiones. El dispositivo genera calor en la zona lesionada y estimula el tejido blando del organismo, lo que contribuye a la cicatrización, desinflamación y rehabilitación de lesiones musculares y nerviosas.
Con este mecanismo, el dolor de las personas lesionadas disminuye más del 70 por ciento, favorece la cicatrización de hasta el 80 por ciento y contribuye a la desinflamación durante las primeras 72 horas.
Otra de las ventajas del dispositivo es su portabilidad, pues ello facilita que el paciente use el aparato de manera continua durante 72 horas de rehabilitación: “actualmente la terapia se hace de una forma interrumpida, porque una vez que termina la sesión de una hora, el paciente tiene que regresar a su domicilio y la lesión deja de recibir el estímulo externo para su rehabilitación. El dispositivo que creamos pueden utilizarlo personas de cualquier edad, es de fácil uso y colocación en las lesiones de los pacientes”, añade Corres Matamoros.
El proyecto de Antonio fue asesorado cuando era estudiante en el ITESO y desde el inicio tuvo como objetivo el abatir los costos de producción. Hoy en día un aparato con características similares, aunque de mayor tamaño, cuesta alrededor de 30 mil pesos contra el 5% de esa cantidad que cuesta el dispositivo de Corres.
Al respecto, Antonio señala: “El paciente ni siquiera tendría que pagar el precio final del producto, ya que las instituciones que ofrezcan la rehabilitación podrían rentarlo o prestarlo al paciente. Con esta dinámica prácticamente cualquier persona que necesite rehabilitación podría tener acceso a este equipo. Muchas personas pierden la capacidad de seguir moviéndose como lo hacían antes de una discapacidad física porque no cualquiera puede tener una rehabilitación física adecuada y no cualquiera recupera la movilidad y la calidad de vida tras una lesión fuerte. No se vale que nada más los que tienen dinero puedan volver a caminar bien. Lo justo es que quienes hemos tenido el privilegio de recibir una educación, podamos regresar algo a la sociedad”.
La patente para el dispositivo, donde Antonio y la universidad del SUJ son cotitulares, ya fue otorgada por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). Para esta gestión, Corres recibió acompañamiento de la Unidad de Transferencia de Conocimiento (UTC) del Centro para la Gestión de la Innovación y la Tecnología (Cegint) del ITESO.
Sin duda, Antonio Corres representa 100% el tipo de profesional que al SUJ le interesa formar y acompañar: una persona que piensa en su desarrollo profesional para contribuir al beneficio de la sociedad, particularmente para las personas más desfavorecidas, quienes generalmente tienen muchas dificultades para acceder a servicios indispensable, como lo es el de la salud.