- Ante los efectos de la pandemia, diversos actores se aliaron para diagnosticar la situación de salud, economía, seguridad y participación social en distintos municipios urbanos y suburbanos de la zona oriente del Valle de México.
En un esquema de trabajo colaborativo, las universidades del SUJ: Tecnológico Universitario del Valle de Chalco (TUVCH), el Programa de Seguridad Ciudadana de IBERO Ciudad de México (PSC) en colaboración con el Centro de Investigación y Acción Social (CIAS) y la Parroquia San Ignacio de Loyola de Valle de Chalco realizaron un trabajo de investigación para conocer las necesidades de la población y estar en mejores condiciones de atenderlas.
Si bien de los resultados del diagnóstico conjunto refieren a un territorio especifico, pueden ser ilustrativos de la situación que se vive en las zonas urbanas y suburbanas precarizadas que abundan en nuestro país.
Entre la información y datos generados, se destacan los siguientes en materia de salud:
- 1 de cada 3 personas no pudo aislarse porque tuvo que salir a trabajar, la mayoría de veces fueron hombres.
- La mayoría de quienes enfermaron optaron por servicios privados, lo que aumentó los gastos para sanitizar espacios, el pago de consultas, la contratación de tanques o concentradores de oxígeno, cuyos costos aumentaron por alta demanda y desabasto. Esto derivó en diversas deudas familiares.
- Muchas de las personas que enfermaron de COVID señalaron diversas secuelas, entre las que destacan daño a vías respiratorias; presión arterial; daños al corazón y riñones; dolores de espalda y de cabeza; enfermedades neuronales; pérdida de memoria y caída del cabello.
- El 66% de las personas encuestadas, en su mayoría mujeres, se pudo quedar en casa. Los hombres de entre 30 y 60 años son quienes más debieron salir por razones laborales.
- En cuanto a la salud emocional los principales padecimientos fueron la tristeza, miedo, frustración, desesperanza y enojo por la pérdida de un ser querido.
- Las juventudes, principalmente las mujeres, fueron quienes más frustración, desesperación y enojo sintieron.
En cuanto al ámbito económico, el diagnóstico arrojó los siguientes datos:
- El 68.7% de la población vio dañada su economía familiar debido a despidos, reducción de salario, imposibilidad de obtener recursos económicos de manera independiente y de forma constante, aumento de carga de trabajo.
- Muchas personas adultas mayores comenzaron a depender económicamente de sus hijos e hijas.
- En 11 de 13 municipios analizados se registraron casos de algunas familias que no pudieron comer bien todos los días.
- Para afrontar las dificultades económicas, las medidas más recurrentes fueron pedir prestado; vender un terreno, auto, o lo que se pudiera en un contexto en que no se podían realizar venas en tianguis y espacios públicos; empeñar; dejar de pagar servicios como la luz, teléfono, transporte; así como reducción de gastos básicos como el transporte y la comida.
En cuanto a la seguridad ciudadana, el diagnóstico evidenció como hechos de mayor daño y preocupación los siguientes:
- Robo en transporte público, 4 de cada 10 personas reporta haber sufrido este delito.
- Asesinatos a mujeres, niñas y niños.
- Acoso y violencia sexual en espacios públicos.
- Incremento de violencia contra las mujeres.
- El 41.7% de la población considera que la policía es poco efectiva y el 29.1% nada efectiva.
- La población considera que la policía no atiende las necesidades de las personas y genera miedo y desconfianza, es violenta al hacer detenciones, detienen jóvenes para extorsionarlos, piden pago por su servicio.
- Las formas más frecuentes con que las personas afrontaron la inseguridad fueron grupos de whatsapp de vecinos y uso de silbato, alarma vecinal, cámaras de seguridad, guardias nocturnas de vecinos, contratación de vigilante en la colonia, grupos solidarios de oración.
La realización del diagnóstico “Para reconstruir la esperanza” implicó la implementación de 34 grupos focales en 11 municipios, así como la aplicación de 822 encuestas en donde el esfuerzo y trabajo de estudiantes y académicos en el SUJ fueron indispensables para conseguirlo.
Comprometidos con la construcción de soluciones que transformen condiciones injustas de la realidad, en el SUJ entendermos la relevancia estratégica de identificar, ordenar y priorizar los problemas que se viven en las comunidades.
Con el trabajo realizado por la universidad jesuita en Valle de Chalco se crean mejores condiciones para planificar colectivamente cursos de acción que contribuyan a elevar la calidad de vida de las comunidades de la región oriente de la zona metropolitana de la Ciudad de México.
Este es otro claro ejemplo de la labor de incidencia a que el SUJ busca invertir sus esfuerzos, recursos y energía institucional.