- En México la cultura de derechos ha tenido algunos avances pero aún es precaria. En términos generales las personas no nos concebimos con derechos, lo que hace mucho más sencillo que distintos actores nos afecten negativamente.
A pesar del mucho trabajo realizado por la sociedad civil y la academia en cuanto a que la población tengamos información y formación sobre nuestros derechos, aún hay un gran desconocimiento al respecto, y más aún cuando se trata de protegerlos, reclamarlos y defenderlos. Un ejemplo de los derechos que la mayoría de las personas desconocemos son los que tenemos por ser consumidores.
Al respecto, la Mtra. Claudia Rivera Marín, académica en el SUJ, reflexiona que en México la cultura de protección al consumidor es casi nula pues, si bien existe PROFECO, que es la instancia que debería fortalecer al consumidor mediante su protección efectiva para el ejercicio de sus derechos, la población desconfía de la efectividad e imparcialidad de dicho organismo.
PROFECO tiene entre sus facultades las de promover el consumo razonado, informado, sostenible, seguro y saludable como mecanismo para corregir las injusticias del mercado. Sin duda esto es una parte fundamental, pero no abarca la ecuación completa. La otra parte es garantizar que las empresas no cometan abusos y, cuando lo hagan, sean sancionadas, reparen los daños y establezcan medidas de no repetición.
A pesar de la existencia de dicho organismo, todos sabemos y hemos vivido experiencias en las que el proveedor de un bien o servicio incumple de una o varias formas los términos de lo pactado. Frente a ello, la mayoría de las personas solemos “dejar pasar para no tener problemas”, o terminamos desistiendo porque sabemos que poner una reclamación o iniciar cualquier procedimiento implica un tiempo que muy probablemente no tendrá un resultado favorable en la restitución de nuestros intereses.
Al respecto, Rivera Marín, enfatiza la urgencia de que en México existan leyes efectivas y capaces de hacer que los trámites para lograr la protección adecuada de los consumidores sean los necesarios y, además, sean eficaces. De igual forma, la académica considera fundamental la creación de canales que acerquen a la población con las autoridades, además de establecer mecanismos que fortalezcan la acción pública para hacer cumplir la ley a las empresas.
Finalmente, la académica en el SUJ acentúa la importancia de que como personas y como consumidores seamos más exigentes en cuanto a la protección, defensa y restitución de nuestros derechos. Si bien el Estado tiene la obligación de formarnos, informarnos y capacitarnos en cuanto a la protección, defensa y restitución de nuestros derechos, las y los ciudadanos podemos avanzar en el conocimiento de ellos para estar en mejores condiciones de protegerlos.
Las universidades del SUJ consideramos pertinente contribuir a que las personas logremos una dimensión lo más integral posible de lo que implica nuestra esfera de derechos, así como de las condiciones y mecanismos mediante los que podemos reclamarlos y defenderlos del poder, del poder económico y de diversos actores con los que cotidianamente interactuamos y los que tienen deberes y obligaciones al respecto.