- Rubí Toledo y María José Ojeda, estudiantes en el SUJ participaron, junto a 130 estudiantes, en ‘Construyendo puentes: un encuentro sinodal entre el Papa Francisco y los estudiantes de la Universidad.
En un encuentro con el papa Francisco, que tuvo lugar el 24 de febrero, organizado por la Universidad Loyola de Chicago y la Pontificia Comisión para América Latina en el marco de la Building Bridges Initiative, representantes de 58 universidades del continente abordaron el tema de migración, donde exploraron alternativas para atender la problemática que enfrentan quienes se ven obligados a abandonar sus países de origen.
México estuvo representado por estudiantes de la Ibero Ciudad de México, León y Puebla, el ITESO e ISIA, las cuales forman parte del SUJ. En donde destacaron las participaciones de Rubí Toledo y María José Ojeda, estudiantes de las Ibero Ciudad de México y Torreón, respectivamente, quienes analizaron previamente con estudiantes de las universidades del Sistema Universitario Jesuita (SUJ),
Toledo comenzó su intervención saludando a Francisco en su lengua natal, maya tseltal, y luego habló de cómo la inequidad, la pobreza y la violencia —física, psicológica, armada y simbólica— actúan contra los migrantes. Añadió que el primer paso para cambiar su condición debe pasar por comenzar a ver a las personas migrantes como iguales.
Durante su participación, la también presidenta de la asociación estudiantil Plural de IBERO CDMX, dijo que a las personas migrantes se les debe ver como iguales, y no como inferiores ni como el enemigo. Por lo cual, la desestigmatización debe ir más allá de los muros de la Iglesia y de las universidades. “Lo que decimos hoy se debe impulsar con acciones, Santo Padre, porque si no, vano habrá sido sólo vernos a los ojos. Cristo no esperó, Cristo salió, entonces debemos hacer nuestra Iglesia verdaderamente peregrina y no estática”, enunció la joven.
Acerca de lo que expuso Rubí Toledo, el Papa Francisco reconoció que el migrante es estigmatizado. Sobre la propuesta de una Iglesia peregrina, señaló que hacer una Iglesia sinodal es para no tener una representación de museo que no convoque a nadie. “La verdadera iglesia de Jesús está en el templo que usó: la calle”, expresó.
En su intervención, el Papa dijo que el fenómeno de la migración es uno de los dramas más serios, pues se observan a personas que tienen que dejar sus tierras por problemas económicos, guerras, violencia, problemas religiosos o cultuales, y empiezan todo un camino para ver quién las recibe.
“Hay un principio: a todo migrante se le debe recibir, acompañar, promover e integrar. Cada país y Estado debe decir con honestidad cuántas personas pueden recibir y entonces los otros Estados deberían dialogar para dar lugar a esos migrantes”, reflexionó Bergoglio.
Por su parte María José Ojeda González, destacó la importancia de promover actitudes de hospitalidad y no hostilidad a través de diálogos de paz donde se promueva que cualquier persona pueda formar parte de una comunidad a partir de acciones concretas, como el ofrecer espacios de residencia temporal con atención psicoemocional, acceso a asesoría legal y a vías de comunicación, ya sea para contactar a sus familiares o realizar trámites.
“Como estudiantes del Sistema Universitario Jesuita, proponemos los espacios de nuestras universidades para ofrecer estos servicios”, dijo Ojeda González. “Hoy nuestra voz hace el llamado al inicio de una revolución de acción y pensamiento, y somos las y los jóvenes quienes la lideraremos. Porque nuestros líderes políticos mundiales sólo están velando por sus intereses, aunque esto implique iniciar guerras”, comentó.
El diálogo con el Papa fue el capítulo final de un trabajo que comenzó meses atrás y que reunió a 130 estudiantes de 21 países. En esta reunión virtual participaron 16 estudiantes, representantes de los diferentes grupos de trabajo.
El arzobispo de Chicago, Blase J. Cupich, tuvo a su cargo dar la bienvenida y destacó que los grupos de trabajo fueron el marco para compartir “esperanzas, sueños e ideas para imaginar respuestas concretas a problemáticas reales”, y que la construcción de puentes está presente en la llamada del Evangelio. “Sólo una visión sinodal, arraigada en el discernimiento, puede lograr una transformación real”.
Por su parte, Emile Cuda, secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina, advirtió que la migración es “la gran tragedia del siglo XXI” y dijo que resulta absurdo que en la actualidad las mercancías, el dinero y los virus circulen libremente por el mundo, y no así las personas.