Investigadores del SUJ abordan otras aristas del rezago educativo durante la pandemia

  • Es indispensable revisar en profundidad la realidad educativa actual para reconocer la complejidad de las dificultades y retos que la pandemia nos sigue presentando.

 

A pesar de que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que es derecho de todas y todos acceder a la educación. Y no obstante que las cifras en torno al acceso a la educación han mejorado a lo largo de los años; dicho acceso no garantiza que se este preparando adecuadamente a las actuales y a las nuevas generaciones.

Ante estos hechos, las y los docentes del Campo Estratégico y Acción en Modelos y Políticas Educativas del SUJ (CEA-MOPE), preocupados por el ejercicio efectivo y pleno del derecho a la educación para las y los mexicanos, investigan y analizan si las medidas tomadas durante la pandemia contribuyeron a obtener una educación de calidad.

Al respecto, las y los investigadores del CEA-MOPE ponen en contexto su reflexión recordándonos que durante el ciclo escolar 2019-2020 aproximadamente 36 millones de estudiantes y 2 millones de maestros debieron abandonar las aulas físicas para resguardarse del virus de COVID 19. Dicho traslado físico de las aulas a los domicilios también supuso un gran esfuerzo de los docentes para replantear todo el proceso educativo.

Ésta circunstancia implicó muchos cambios y muchos gastos: el 28.6% de las familias de estudiantes de entre 3 y 29 años debieron adquirir teléfonos inteligentes, 26.4% tuvieron que contratar internet fijo y 30% de las familias se vieron obligados a hacer modificaciones y adquirir mobiliario para adecuar espacios de estudio.

Como parte de este contexto es pertinente recordar que, según cifras oficiales, el Sistema Educativo Mexicano en promedio destina un profesor por cada 20 alumnos de educación básica y uno por cada 10 alumnos en el nivel superior. Sin embargo, la realidad contradice el buen panorama de las cifras oficiales pues existen escuelas con grupos de más de 40 alumnos que cuentan con un solo docente quien debe atenderlos tanto de forma individual como colectiva.

Frente a este escenario, los integrantes del CEA-MOPE reconocen que la educación a distancia ha avanzado al punto en que pueden accederse a miles de herramientas digitales para crear entornos virtuales de aprendizaje interesantes y enriquecedores; sin embargo, enfatizan que para el caso de los docentes y estudiantes mexicanos no hay condiciones ni capacidades adecuadas para sacarles el máximo provecho, lo cual tiene que ver con el desconocimiento del uso de las herramientas, así como con el poco acompañamiento y conocimientos para reformular las estrategias didácticas y para adaptar los materiales de clase.

Así, en esta nueva etapa en que millones de estudiantes y docentes han sido devueltos a la presencialidad escolar, los investigadores del CEA-MOPE recuerdan que las únicas medidas tomadas por el poder ejecutivo y las autoridades educativas fueron algunas de corte sanitario para reducir la propagación del vírus. Por lo que hace a las estrategias educativas, los investigadores educativos del SUJ señalan que estas “retomaron” el curso que se tenía en 2019, como si nada hubiera pasado.

En ese sentido, y aún cuando miles de estudiantes no lograron los objetivos de aprendizaje previstos en sus grados académicos, el regreso a la presencialidad escolar no ha contemplado ni dado respuesta a una realidad en que miles de niños y niñas de preescolar llegaron a la primaria sin saber leer o escribir, así como estudiantes de secundaria han “avanzado” de grado pero sin los conocimientos básicos para un nivel medio superior. Esta realidad, sumada a la medida de no asignar calificaciones reprobatorias, genera un contexto pernicioso que, si bien garantiza a las y los estudiantes avanzar a los siguientes niveles académicos, afecta a las y los estudiante quienes no contarán con los conocimientos y habilidades importantes para su desarrollo académico y profesional.

Como SUJ consideramos fundamental, inaplazable e indispensable hacer una revisión profunda de la realidad educativa actual, la cual permita identificar y reconocer en su complejidad las dificultades y retos que la pandemia nos sigue presentando.

Por ello, nos sumamos a las preguntas y preocupaciones que las y los investigadores del CEA-MOPE se hacen en torno a los destinos educativos de México. Si bien reconocemos que garantizar el acceso a la educación es fundamental, también evaluamos que ello no es suficiente para considerar que el derecho a la educación se ejerce de manera plena, efectiva e integral en México.

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