- Participación de Sylvia Schmelkes del Valle, investigadora en la IBERO CDMX, durante la conferencia en Reunión Anual del SUJ 2023
Por Dra. Sylvia Schmelkes del Valle, Profesora – Investigadora en el SUJ
El día de hoy estamos ante la gran pregunta: ¿qué es la calidad académica en el SUJ? Recordé que en 2010 el P. Fernando Fernández Font, entonces Asistente del Sector Educativo de la Compañía de Jesús en México, convocó a docentes del SUJ a escribir el libro Universidades para el mundo: las universidades Jesuitas de México ante los desafíos del cambio de época. En todas sus universidades lo tienen, lo confirmó Carmen Obregón, Secretaría Ejecutiva del SUJ. Y en su momento, en 2010, también los hicimos llegar.
¿Saben ustedes que hay poco material escrito sobre el SUJ? El libro que menciono es de hace 13 años y la realidad ha cambiado, es necesario actualizarlo. Pero hay muchas cosas que aún son válidas. De hecho, volví a leer el libro ahora con la finalidad de esta conferencia y me parece que es extraordinario. Además tomé en cuenta los documentos preparatorios que son las síntesis de las deliberaciones de cada una de las instituciones del SUJ.
Iniciaré por mencionar algunas características de la calidad de la educación:
I
No se trata de un punto de llegada, la calidad es algo que continuamente se puede mejorar. Si llegamos al punto que nos propusimos, entonces podemos alcanzar un punto superior. Siempre podemos aspirar a algo mejor y esto es la maravilla de la calidad: que siempre nos está impulsando hacia adelante.
II
La calidad siempre es relativa, siempre está en comparación con otros(as), con algún parámetro que nos ponemos, con un estándar. Para mí la mejor comparación es la de nosotros(as) con el pasado porque eso habla de la capacidad para mejorar.
Entonces, estas dos características hacen que la mejor definición de la calidad académica sea la mejora continua de nuestros propósitos explícitos en esta materia. Esto tiene que ver evidentemente con el Magis Ignaciano. Resulta muy cercano a nosotros(as) que –en función de un bien mayor– estamos continuamente cambiando y mejorando.
III
La calidad académica es multifactorial, depende de muchas características, imbricadas, dinámicamente relacionadas entre ellas y de manera distinta en cada una de nuestras instituciones y en los diferentes momentos. Entonces debemos analizar esas causas.
Estas causas no las leí en los documentos preparatorios, seguramente estuvieron en las discusiones, pero es muy importante tematizarlas y poder tenerlas a la vista para atenderlas, sobre todo aquellas que están afectando la calidad académica.
En una lista, muy incompleta y que no afecta a todo mundo por igual, la calidad académica tiene que ver con:
- Claridad en filosofía.
- Modelo educativo definido.
- Existencia de procesos de planeación y evaluación, que sean adecuados.
- Referente continuo al entorno para poder ser relevante.
- Cuál es el talento humano, condiciones laborales adecuadas, satisfacción de las personas en el trabajo, oportunidades de carrera profesional.
- Gestión, la manera en que se administra la universidad/colaboración en la toma decisiones.
- Actualización, innovación.
- Generación de conocimientos.
- Identidad, compromiso.
- Condiciones físicas y de clima.
De todas estas variables, tenemos que preguntarnos continuamente cuáles son aquellas que influyen en la calidad académica y que la están afectando para atenderlas. Como lo mencioné, en el documento preparatorio no vi propiamente un análisis de las causas.
IV
La cuarta característica que tomo en cuenta –aquí me baso en autores como Carlos Muñoz Izquierdo y Felipe Martínez Rizo– son los diferentes componentes de la calidad de la educación. Les enlisto en orden de importancia, más adelante analizaré cada uno de ellos:
- Relevancia social de lo que estamos haciendo.
- Pertinencia para las personas que están en nuestras aulas, de manera particular nuestros(as) estudiantes, y para la comunidad educativa en general.
- Eficacia que es el logro de nuestros propósitos.
- Equidad.
- Eficiencia que es el buen uso de los recursos que siempre son escasos y hay una responsabilidad de utilizarlos bien.
V
El buen logro y articulación de nuestras funciones sustantivas.
- Formación, que tiene que ver con el análisis de la docencia como uno de los factores fundamentales que explican la calidad de la formación.
- Investigación.
- Vinculación, en el caso de la Ibero entendemos la vinculación, justo, como incidencia y a todas las universidades del SUJ les pasa lo mismo.
- Difusión, que curiosamente no la definimos separada de la vinculación, la tenemos incorporada como parte de la misma.
- ¿Innovación? En algún momento en la Ibero se dijo que era una función sustantiva, la pongo con interrogación y después diré por qué.
VI
Otra característica fundamental para juzgar la calidad académica es si existe una adecuada planeación, un monitoreo para saber si estamos cumpliendo con aquello que nos toca hacer y con lo que nos comprometimos a la hora de planear y una evaluación para saber si estamos logrando lo que nos propusimos.
La evaluación está cambiando, esta evaluación institucional que solemos hacer está basada en medición por metas e indicadores, es lo correcto, importante y necesario, pero resulta insuficiente.
También hay que dar lugar en la evaluación educativa a miradas mucho más cualitativas y holísticas (a una valoración periódica, crítica y colectiva) para complementar y equilibrar esta evaluación institucional. Implica la escucha de los diferentes sectores que conforman nuestra comunidad y nos lleva a resultados muy diferentes a los que arroja una evaluación basada solo en metas e indicadores.
VII
La última característica es la coherencia, me parece fundamental. A todas y todos nos debe importar qué tan coherentes somos, decimos y hacemos, entre prácticas cotidianas, estructuras administrativas y la cultura universitaria. Porque la falta de congruencia afecta lo académico, es una de las causas importantes de su calidad.
Es un factor fundamental que no podemos separar de una mirada crítica a nuestra propia calidad.
VIII
Lo Ignaciano
En el caso del SUJ, hemos de tomar en cuenta lo que propiamente nos define, lo que es nuestro diferenciador, que está muy claramente indicado en los documentos preparatorios, me refiero a lo Ignaciano. Para recordar aquello en lo que tenemos que profundizar se enlistan algunas de sus características:
- Adaptación a tiempos y lugares.
- Discernimiento individual, colectivo (Prioridad Apostólica Universal # 1).
- Trabajo colegiado más que liderazgos individuales, trabajo más colaborativo (P. Adolfo Nicolás, S.I.).
- Servicio de la fe y promoción de la justicia, la orientación de construir el Reino de Dios en este mundo.
- Caminar con las y los desvalidos, es fundamental esta opción preferencial por los y las pobres (Prioridad Apostólica Universal # 2).
- La persona al centro: la cura personalis que es tan nuestra, la ética del cuidado.
- El Magis, ya mencionado.
- Las cuatro “C” que son parte de nuestra pedagogía (formar personas conscientes, comprometidas, compasivas y competentes).
Creo que hay que añadir dos “C” para formar personas “críticas” y “colaborativas”.
- El cuidado de la casa común (Prioridad Apostólica Universal # 4). Claramente es una prioridad y en los objetivos para el desarrollo sostenible (ODS)* tenemos un mapa para transitar más allá del 2030.
IX
En seguida comentaré libremente cada uno de los elementos constitutivos y después las funciones sustantivas y lo que dice el documento sintético que pude revisar.
Relevancia
Lo propiamente Ignaciano es la inserción en la realidad, adaptándose al tiempo y al lugar, pero obviamente para transformarla hacia la justicia. Esa es la manera en que nosotros(as) hemos de entender la “relevancia” frente a nuestros principales problemas.
He tenido la oportunidad de trabajar en lo que antes era el Proyecto Educativo Común (PEC) (Ausjal, 2005), que se está revisando, allí hemos identificado cinco prioridades en toda América Latina para su atención:
- Desigualdad e injusticia, causa de pobreza.
- La violencia. Ahora con el Doctorado Honoris Causa que el SUJ otorgó al P. Francisco De Roux, S.I., se pone en el centro de nuestras preocupaciones: con la ruptura del tejido social, la violación a los Derechos Humanos que están dentro de este rubro.
- Depredación ambiental, la falta de cuidado de la Casa Común.
- La crisis de la democracia, los populismos y autoritarismos, la polarización, el desencanto por la democracia por parte de los jóvenes.
Como grandes problemas sociales a los que tendríamos que estar enfocados(as) porque es nuestro tiempo y nuestro lugar.
5. Racismo, discriminación, sexismo, xenofobia y homofobia: ponerlos como nuestra prioridad de combate.
Lo anterior genera una crisis de sentido derivado de incertidumbre, de falta de futuro, sobre todo afectando a las y los jóvenes de manera muy clara en su preocupación por el futuro del planeta, por el mundo que les estamos dejando (esa es una fortaleza de la juventud, que tendríamos que entender y poder aprovechar).
Y desde luego, todas en nuestras instituciones tienen retos locales que habría que añadir a esta lista para ser relevantes al entorno inmediato. Pero estos cinco enunciados son fundamentales. Y como decía Carlos Muñoz Izquierdo, dentro de los componentes de la calidad académica la “relevancia” es la más importante, porque si no la logramos: las demás no tienen sentido, ni para qué nos preguntamos por ellas. Entonces, esto tiene que estar en el centro: no lo veo tan claramente reflejado en los documentos preparatorios.
Ser “relevante” implica ser verdaderos centros de pensamiento, de generación de denuncia, pero también de anuncio y de propuestas. Los Prepósitos Generales de la Compañía de Jesús nos han incitado a ser mucho más propositivos que críticos (aunque la crítica es necesaria para poder llegar a la propuesta). Entonces ambos aspectos son necesarios. Bueno, la conciencia de los problemas del entorno, los conocedores de sus causas y de sus explicaciones (porque hacemos investigación y podemos conocer sus explicaciones -eso es muy importante), movilizados en la búsqueda de soluciones.
Y aquí la propuesta de política pública, el advocacy, la negociación, los proyectos de intervención que transforman realidades y después pueden replicarse o escalarse. Decía Gibbons que la verdadera medición de la calidad académica de una institución está en la robustez social de las soluciones a los problemas de su entorno. Me parece que eso es lo que resume lo que yo estoy tratando de decir: qué es la “relevancia”. Sí hay aquí un área de oportunidad, de pensar mucho más a nuestro concepto de calidad académica vinculada a la noción de “relevancia”.
Pertinencia
Se refiere al aquí y al ahora, a las personas concretas a las que estamos sirviendo. Regreso a esta noción de la persona al centro, que está en la Preferencia Apostólica Universal de la Compañía de Jesús # 3 de “Acompañar a los y las jóvenes en la creación de un futuro esperanzador”.
Yo vi muy poco sobre los jóvenes en los documentos preparatorios. La Dra. Frida Díaz Barriga también lo mencionaba: ¿quiénes son?, ¿cuáles son sus motivaciones?, ¿cómo difieren de nuestras generaciones?, ¿cómo podemos acercarnos a entenderles en este asunto de su preocupación por el futuro?, sobre esto último, nosotros no tuvimos tanto, no crecimos con eso. Tenemos que conocerles mucho más para, efectivamente, ponerlos en el centro.
“Pertinencia” quiere decir que hemos de satisfacer lo que la persona requiere y demanda hoy. Y desde luego, también lo que va a requerir para su vida futura porque toda acción educativa está pensando también en eso: ¿cuáles son sus necesidades personales, cívicas, laborales, socioemocionales?
También hay que tomar en cuenta lo que satisface a las personas o qué les hace falta, de escucha: ¿cuáles son sus aspectos de “llenado” y de “vacío”? Hay una exigencia académica, de calidad humana y social que tiene que ver con la “pertinencia”, asociada directamente con la ética del cuidado que mencionaba en su intervención la Dra. Frida Díaz Barriga.
Eficacia
Tiene que ver con el logro de nuestros propósitos, hay de dos tipos: internos y externos. Los externos son los que acabo de mencionar relacionados con la “relevancia”. Por su parte, los internos tienen que ver con aspectos “comunes” a toda Institución de Educación Superior (IES), también con los “propios” de la Institución.
Lo “común” es aquello irrenunciable, lo compartido con toda IES, lo indispensable, necesario, pero insuficiente: el rigor teórico, el rigor metodológico, la salud pedagógica (la manera en que nos aproximamos a la enseñanza y a la formación), la competencia profesional de todas las personas que colaboramos en la comunidad universitaria, la autonomía académica –que es uno de nuestros principios y tenemos que defenderla– y la libertad de cátedra. Es propiamente lo académico –entendido en el sentido estrecho–. Es irrenunciable porque si no tenemos esto, no podemos lograrlo otro. Veo esto bastante trabajado en los documentos preparatorios.
Lo “propio”, lo otro, es lo que veo más desdibujado en los documentos: la formación humanista, formación ética, el compromiso social, la capacidad de indignación (la capacidad de incorporarla en nuestros procesos), la intervención en la realidad, las cuatro “C”, los derechos humanos. Y podemos seguir, porque tenemos muchísimas características de esta naturaleza.
Y observo una tensión entre lo que es “común” y lo “propio”, como si lo “común” fuera lo académico (se le confunde con lo propiamente académico). Allí tendríamos que detenernos a reflexionar sobre la calidad académica: ¿lo “propio” es otra cosa?, ¿no es calidad académica?
El tono que percibo es el siguiente: Vamos a centrarnos en la calidad académica, refiriéndose a lo “común”. ¿Entonces los diferenciadores (aquello “propio”) son lo “demás”?, ¿no se refieren a la calidad académica?, ¿son otra cosa? Este tono, esa tensión, es la que percibo y creo que está equivocada. Es decir, la calidad académica la constituyen ambos elementos: lo “común” y lo “propio”, uno está en función del otro.
La calidad académica no puede ser considerada un fin en sí mismo, es un medio para lo “propio”, para la “relevancia”, para la paz. No podremos hacerlo sin lo “común”, pero esta dimensión no puede ser un fin en sí misma. Tenemos que repensar esta noción de calidad académica para poder incorporar lo “propio”, que tiene que ver con el impacto en el entorno y con la “relevancia”.
Desde la filosofía Ignaciana, entiendo que la calidad académica incluye ambos propósitos. Pero veo que cuando entran en conflicto, hay una tendencia a preferir lo “común” sobre lo “propio” (por ejemplo, en materia de rankings de IES).
Mi reflexión sobre la Ibero es que la promoción que hacemos hacia afuera, para atraer estudiantes a nuestras instituciones, lo hacemos en función de lo “común”. Y lo “propio” no aparece en nuestra promoción. Me pregunto: ¿no habría que apostarle al potencial de atracción a partir de lo “propio”? De lo que nos diferencia. Esto puede tener mucho potencial. Recuerdo que después del Movimiento Yo Soy # 132 en la Ibero CdMx creció la matrícula.
Entonces, tal vez nos equivocamos al pensar que nada más nos promovemos a partir de lo “Común” y no de lo “propio”.
Sabemos que la cultura de calidad que prevalece en este momento (aunque está cambiando) está centrada en la evaluación, en la certificación, en acreditaciones, rankings, en metas e indicadores cuantitativos que son definidos desde el exterior, no los definimos nosotros, y contra eso nos estamos evaluando. Es un parámetro necesario, pero no puede ser el único. Es muy importante compararnos con otras instituciones, pero esto no basta, no es suficiente.
También, estos referentes externos priorizan la vinculación con la empresa privada y dejan en segundo plano la vinculación con otros sectores de la sociedad. Por ejemplo, existes universidades interculturales que tienen esta característica de vinculación muy fuerte con el entorno. Cuando la SEP empezó a pedirles indicadores cuantificables, estos se referían al número de convenios firmados. Eso llevó a las universidades a firmar convenios con instituciones y a olvidarse del trabajo comunitario que no tiene indicadores demostrables. Eso es lo que creo que tenemos que evitar.
Sí es importante compararnos con otros, porque nos permite retroalimentar nuestros programas, tener una visión desde fuera siempre nos ayuda. Pero corremos el riesgo de privilegiar metas e indicadores que no son los sustantivos desde la definición de lo “propio”. Es una palabra de advertencia para que no nos dejemos llevar por esta cultura de calidad.
Equidad
Se define como igualdad de oportunidades. No encontré una referencia a la equidad entendida como una mayor representación de los diferentes sectores sociales en nuestra comunidad universitaria. Comprendo que hay tensiones económicas, como universidades privadas vivimos de las colegiaturas. Pero sí hay necesidad de una búsqueda explícita para diversificar nuestras comunidades: en la matrícula, el profesorado y la comunidad universitaria en general. Es lo que permite el diálogo epistemológico que también tendíamos que estar buscando al interior, no solo al exterior.
También, en los documentos preparatorios, se insiste en los perfiles de ingreso. Se dice que una de nuestras fortalezas es queseleccionamos a nuestros(as) estudiantes. Eso me genera intranquilidad pues conozco los efectos perversos de la meritocracia, se escuda en decir que lo único que está premiando es el mérito sin cuestionar sus efectos inequitativos. Y el mérito lleva consigo las diferencias socioeconómicas y culturales. Al tener criterios meritocráticos estamos siendo selectivos también por otro tipo de criterios que no sólo son el mérito.
Vale la pena cuestionar si esa es la manera de proceder. Si nos abrimos a seleccionar, no por ese criterio, sino por otros: como cuotas y demás. Eso nos va a exigir asegurar que todos y todas nuestras estudiantes logren los objetivos con una serie de mecanismos de igualación de oportunidades de las que aquí se habla. Si no lo hacemos así, el camino es muy fácil: ya les seleccionamos, ya tenemos a la gente muy decantada. Y será muy fácil lograr los propósitos.
Luego se hace énfasis en la equidad hacia adentro. No encontré en el documento preparatorio la mención a la equidad en las trayectorias: ¿cómo podemos asegurar que la universidad genera las condiciones para que las trayectorias vayan siendo equitativas? Entonces, cuando alguien se está quedando atrás, ¿qué hace la universidad para asegurar que la trayectoria de ese o esa estudiante en particular –colocando a la persona en el centro– sea una trayectoria exitosa? En los documentos preparatorios no se mencionan las tutorías para nada. Y las tutorías son el mecanismo que puede ayudar a la equidad de trayectorias.
Eficiencia
Se tiene un problema central: la dependencia de las colegiaturas o de los subsidios (como ocurre con el ISIA y el TUVCH).* Está presente la tensión continua de asegurar la subsistencia económica sin renunciar a nuestros propios principios. Resulta difícil encontrar respuestas, pero es importante estar conscientes de ello.
Hacer buen uso de recursos con que se cuenta, que siempre son escasos. Sobre la infraestructura y tecnología de punta, conviene definir los criterios para su elección. Y también explicitar la austeridad como criterio e invertir inteligentemente en lo que conduce a nuestros propósitos.
Funciones
Este es el énfasis, la función formativa se trabaja mucho en los documentos preparatorios está muy bien trabajada. Coincido con la Dra. Frida Díaz Barriga cuando menciona que las fortalezas de las instituciones del SUJ están allí resaltadas. Pero el énfasis en lo formativo genera un desequilibrio con las demás funciones. Y veo el desequilibrio aquí porque también se entiende lo académico como lo formativo, la investigación también está desequilibrada entre las instituciones y bastante desdibujada en los documentos preparativos. Conviene revisar este desequilibrio.
La Dra. Frida ya tocó los aspectos formativos en los que hay que fijarnos, así que no haré énfasis en eso. Cuidado con el riesgo de solo atender la formación en una Universidad, porque entonces deja de merecer tal nombre. La internacionalización también está muy presente en los documentos, pero creo que a veces se confunde con lo intercultural. No hay que separar lo intercultural de lo internacional, pero tampoco hay que confundir una con la otra. Lo intercultural tiene que estar en lo internacional, pero no se agota allí. Lo intercultural nos lleva a tomar en cuenta nuestras propias culturas, otras culturas del mundo, abrirnos al diálogo epistemológico.
En México, el ISIA es un ejemplo muy claro, creo que nos puede enseñar muchísimo a entablar estos diálogos epistemológicos (aporte del conocimiento indígena al pensamiento mundial). Sería un indicador de calidad que el Instituto tiene muy bien desarrollado y que otras universidades quizá no lo tienen tanto. Coincido con la Dra. Díaz Barriga: en los documentos preparatorios hay muy débil mención de la interdisciplina y de la transdisciplina –que es muy propia para lo que quisiéramos hacer desde lo Ignaciano al transformar comunidades, allá afuera–. No lo mencionamos.
Las universidades van hacia allá y tendríamos que pensar en la interdisciplina debido a la creciente complejidad de los problemas. El modelo disciplinario ya está agotado, las nuevas universidades están creándose interdisciplinariamente. Habría que profundizar más en este aspecto.
Qué bueno que mencionan en el documento preparatorio el seguimiento a egresados y egresadas, cuando yo llegué a la Vicerrectoría Académica en Ibero CdMx me sorprendieron dos aspectos: no había tutorías, ni seguimiento a egresados(as). Tenemos que estar más cerca de nuestras y nuestros egresados, son nuestros informantes de qué tanto estamos logrando nuestros propósitos allá afuera por su desempeño como grupo social, por sus opiniones son quienes nos retroalimentan para mejorar los programas académicos y también para que sean nuestros cómplices en todo lo que queremos hacer.
La docencia se menciona en el documento preparativo, es uno de los grandes retos de nuestras universidades por la enorme cantidad de docentes de asignatura contratadas(os): que no tienen tiempo para ser formados, que no necesariamente comparten la filosofía, que tal vez no estén satisfechos(as) con las condiciones de trabajo. Es un tema importante, porque no se entiende la calidad de la formación sin la calidad de la docencia. Queremos una docencia contextualizada, reflexiva, problematizadora, dialógica, situada, formadora de personas y no solo de profesionales.
Investigación
Es fundamental la generación de conocimientos y soluciones. La investigación es lo que hace que una universidad sea universidad. Me disculpo por lo siguiente: una universidad que no tiene investigación es una escuelota. Es la investigación la que dota de calidad a la formación, en la interacción entre investigación y formación. Resulta importante fortalecerla.
Y también trabajar la articulación entre investigación, formación e incidencia, pues no está suficientemente trabajado. Se trata muy poco. Y se entiende: somos diversos, cuesta mucho, no hay recursos. Pero claramente es considerada una actividad secundaria en la concepción de la calidad académica, a pesar de que podría ser la fuerza motriz de la calidad académica. Resulta importante el rigor teórico y metodológico, pero lo específico nuestro es la pertinencia y la incidencia social.
Vinculación e incidencia
¿Eso no es lo “académico”? Aparece poco reflejada en los documentos preparatorios, está desequilibrado. No concibo la calidad académica sin este ingrediente de incidencia social. Es un diferenciador muy propio de nuestras instituciones (Universidades Jesuitas) y tendríamos que realizar un esfuerzo por vincular la incidencia con la calidad. Es necesario desarrollarla mucho más, en sí misma y en su papel en la investigación y en la formación:
- Incluye, pero rebasa, los espacios de trabajo.
- El entorno inmediato: no puede quedar sin transformarse estando ahí una universidad jesuita.
- Democratización de conocimientos.
- Formación de opinión pública (difusión).
- Con la problemática nacional, en aquello en lo que somos fuertes.
- Con diferentes sectores, en diferentes regiones.
- Respecto de los problemas fundamentales de la humanidad (sostenibilidad).
Innovación
Se menciona muchísimo en los documentos preparatorios como criterio de calidad, pero no se define. Se confunde con actualización tecnológica. Como mencionó la Dra. Frida sobre la innovación disruptiva, eso es lo que estamos buscando. Es un reto que tenemos en todos lados, no solamente con la tecnología, también si hacemos interdisciplina, transdisciplina o la manera en que nos aproximamos a la docencia. No creo que sea una función sustantiva, es una actitud ante lo que hacemos de manera continua. Innovar también es encontrar nuevas formas de lograr mejor nuestros propósitos:
- Interdisciplina y transdisciplina.
- Ciencia abierta.
- Generación de conocimientos a partir de la transformación intencionada de la realidad.
- Formas más eficientes de gestionar la universidad.
- •Superación de barreras que impiden la articulación de funciones, que mantienen feudos, que burocratizan los procesos.
Fortalezas
Hay muchas y están bien señaladas en los documentos preparatorios. El gran desafío es cómo las aprovechamos para enfrentar nuestros retos. Una fortaleza nuestra muy importante es que somos SUJ (vinculación nacional), somos AUSJAL (en latinoamericana) y somos IAJU (vinculación mundial)* y tenemos que aprovecharlas mucho más. Ese es nuestro punto de referencia y nuestracapacidad de potencia para proyectarnos a nuestro entorno y al mundo.
De Carta de AUSJAL 55: Humanismo, Inteligencia y Tecnología
Referencias
Ausjal (2015). Proyecto Educativo Común [Archivo PDF]. https://www.ausjal.org/proyecto-educativo-comun/ Fernández Font, F. (Coord.). Universidades para el mundo: las universidades Jesuitas de México ante los desafíos del cambio de época. Sistema Universitario Jesuita.
Ibero Torreón (22 de junio de 2023). Puedes ver aquí la Conferencia magistral: “La calidad académica en el Sistema Universitario Jesuita”