“Las y los jóvenes de ésta generación nacieron en contextos de violencia generalizada y multidimensional. Una de las tareas del SUJ es contribuir a que no normalicen, no reproduzcan y no perpetúen ningún tipo de violencia a través de los diferentes roles que desempeñan en su vida cotidiana”, Mario Patrón Sánchez, Rector de IBERO Puebla.
“No podemos construir la paz si no estamos enamorados de México y si no comprendemos y reconocemos al otro desde el corazón”, Alexander Zatyrka, S.J., Rector del ITESO.
“Es fundamental repensar el modelo de seguridad en el país. Las fuerzas armadas no son las indicadas para garantizar la seguridad interna. La seguridad es un derecho y, por lo tanto, una obligación del Estado para proteger a los ciudadanos respetando sus derechos”, Luis Arriaga, S.J., Rector de IBERO Ciudad de México.

A lo largo de la La Jornada Universitaria por la Paz con Justicia, los rectores de las universidades del SUJ, Mtro. Mario Patrón (IBERO Puebla), Dr. Alexander Zatyrka, SJ, (ITESO), Dr. Juan Luis Hernández (IBERO Torreón), Mtro. Luis Alfonso González, SJ, (IBERO León) y Dr. Luis Arriaga, SJ,(IBERO Ciudad de México-TUVCH-ISIA-Tijuana), han compartido su preocupación en cuanto a que en México hay entornos cada vez más amplios donde los tejidos sociales están profundamente socavados y fracturados por la violencia y la exclusión, lo cual supone condiciones adecuadas para el desarrollo y fortalecimiento de la macrocriminalidad.
De igual forma, los rectores en el SUJ señalaron insistentemente cómo las diversas crisis a que nos enfrentamos la mayoría de las y los mexicanos siguen provocando muchas muertes y, al mismo tiempo, una gran cantidad de personas que se siente pérdida, derrotada y, sobre todo, sin esperanza.

Ante esta realidad, el cuerpo de rectores de las universidades confiadas a la Compañía de Jesús, ha asumido que es urgente hacer algo más: “Mexico requiere urgentemente justicia y reconciliación. La Jornada Universitaria ha congregado actores diversos, cuyas voces prácticamente se han unificado en un llamado a sembrar paz, exigir justicia y poner fin a la impunidad de todas las muertes, desapariciones y personas afectadas por la situación de violencia en México”.
A lo largo de 5 días de trabajo (22 a 26 de agosto), los rectores del SUJ han sido particularmente enfáticos en el papel que tiene el SUJ en cuanto a promover la construcción de alternativas que garanticen la vida y los derechos de las personas: “Como parte de una reflexión interna, los rectores del SUJ acordamos crear un nuevo espacio de carácter universitario que fuera capaz de contribuir a la evaluación sistémica de las políticas del Estado en cuanto a la seguridad y a la pacificación de los últimos 15 años. Los últimos tres sexenios nos demuestran que hasta ahora no ha existido una estrategia integral de Estado para la pacificación del país.

El Observatorio para la Incidencia a favor de la Justicia con Paz y Reconciliación pondrá énfasis en la revisión de las políticas públicas y en la elaboración de propuestas para incidir en la definición e implementación de una estrategia de Estado y no sólo en acciones de gobierno. Todo esto desde un enfoque universitario, colaborativo e intersectorial.
Para el SUJ, evaluar integralmente significa analizar a profundidad tres dimensiones: 1) El impacto de las políticas sociales en la contención de las causas estructurales de la violencia; 2) Impacto de las estrategias de prevención de la violencia y el delito, 3) Existencia e impacto de acciones o planes de reconstrucción del tejido social en nuestro país”, detallaron.

Así, los rectores refrendaron: “El SUJ se identifica y se compromete como un conjunto de universidades cuya misión es robustecer procesos de democratización que transformen a la sociedad y, por lo tanto, a coadyuvar en la construcción de modelos de seguridad que promuevan la participación ciudadana y la implementación de políticas centradas en la persona en lugar de afianzar solamente la seguridad del Estado”.
En el contexto de cierre de La Jornada Universitaria por la Paz con Justicia, los rectores enfatizaron: “La paz no sólo es ausencia de guerra sino el compromiso incansable con reconocer, promover y defender la dignidad de las personas y su derecho a tener vidas buenas. Las personas no estamos llamadas a medio sobrevivir, o a sobrevivir al mínimo, sino a vivir según nuestra dignidad, a crear nuestro proyecto de vida con las suficientes oportunidades y liberados de cualquier situación de violencia, exclusión, discriminación y violación a nuestros derechos”.
