La pandemia ha agravado desigualdades en América Latina.    

  • El SUJ fue sede del encuentro que sostuvieron en línea Michelle Bachelet y el presidente de la AUSJAL el Dr. Luis Arriaga, S.J. para analizar la situación de los derechos humanos en América Latina.
  • La Alta Comisionada de la ONU en Derechos Humanos y el Rector del ITESO estuvieron de acuerdo en que la pandemia ha profundizado las desigualdades, y es momento para que los gobiernos trabajen en favor de los más desfavorecidos.

 

La expresidenta de Chile, Michelle Bachelet, ahora Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, y el doctor Luis Arriaga, S.J., presidente de AUSJAL y rector del ITESO, dialogaron sobre la situación de los derechos humanos en América Latina,  su agravamiento a causa de la pandemia que recorre el mundo con millones de infectados y un millón, a la fecha, de muertos; asimismo, abordaron el compromiso social de las universidades jesuitas ante esta emergencia.

Este encuentro se realizó en línea y fue moderado por Eduardo Silva, S.J, rector de la Universidad Alberto Hurtado de Chile, quien explicó que el objetivo de estos diálogos organizados por AUSJAL es “escuchar la palabra de diferentes líderes desde las inquietudes de las comunidades universitarias”.

45 millones de personas a la pobreza por pandemia: emergencia para Derechos Humanos

Frente a este virus, que de manera considerable se ha ensañado con los grupos más vulnerables del continente, Michelle Bachelet señaló que “antes de la COVID-19 había un retroceso en la esencialidad de los derechos humanos. No hay un país perfecto, en todos los países hay diferentes violaciones. Hemos visto restricciones a la libertad de expresión, a la libertad de prensa. Hemos visto el asesinato de defensores de derechos y de periodistas”.

Y añadió que la pandemia agrava las desigualdades. “Si bien el virus no discrimina, sí afecta en su mayoría a los grupos más vulnerables”, entre quienes ya había una serie de inequidades; pero con la COVID-19 y el confinamiento los sectores más golpeados son “las mujeres y niñas, los adultos mayores, los indígenas y las personas con discapacidad, así como las comunidades LGBTI+, las personas privadas de su libertad y los migrantes”. 

La Alta Comisionada  dijo que  se espera que 45 millones de personas se sumen a la población en situación de pobreza, y se prevé una caída de 9.1 por ciento en el Producto Interno Bruto de los países.

Aseveró que, pese a no tener la dimensión completa de la pandemia “desde la ONU se están haciendo recomendaciones sobre diferentes temas. Si bien esta situación ha llevado a los gobiernos a tomar medidas de emergencia, no se pueden limitar la libertad de expresión y de prensa. Por otro lado, hemos visto cómo ha crecido el discurso de odio y la xenofobia”.

Frente a este panorama “ya no podemos sólo diagnosticar, debemos proponer soluciones”, señaló Michelle Bachelet; y solicitó a las universidades jesuitas de AUSJAL, por su cercanía con la realidad y su compromiso universitario con los más vulnerables, apoyar con “más datos de la desigualdad”, porque “¿Cómo saber dónde focalizar los apoyos si no contamos bien?”. 

Defender derechos de los más vulnerables, coincidencia entre ONU y Compañía de Jesús

Por su parte, el doctor Luis Arriaga, S.J., señaló que “América Latina es la región más desigual del mundo, a pesar de los esfuerzos para reducir la pobreza. En una sociedad sin equidad, los avances no alcanzan a todos y todas”.

En este sentido, destacó el interés común de la ONU y la Compañía de Jesús por ampliar el ejercicio de los derechos humanos en el mundo, en particular entre la población más vulnerable, que se halla “en una situación en donde el paso de la pandemia por América Latina ha implicado restricciones a la movilidad, y por lo mismo afectaciones en la economía, pero también en el acceso a la educación”.

El rector del ITESO describió las acciones realizadas por las universidades jesuitas en el continente, en especial la labor que realizan los centros universitarios en cada país para trabajar con organizaciones defensoras de derechos humanos. Al respecto, destacó la colaboración de la Escuela de Derechos Humanos de AUSJAL en la formación de más de mil 600 personas, también el trabajo conjunto con la Red Eclesial Panamazónica.

A la Alta Comisionada, el doctor Arriaga reiteró que las universidades jesuitas de América Latina “han emprendido un conjunto muy relevante de acciones coherentes con la agenda 2030 de la ONU”.

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