- La violencia que reciben las y los adultos mayores cada bimestre se debe al trámite que realizan para obtener su “pensión del bienestar”.
La Mtra. Claudia Rivera Marín, de IBERO Torreón, pone foco sobre la situación que miles de adultas y adultos mayores tienen que vivir cada dos meses cuando deben hacer largas filas, por muchas horas, para recibir la “pensión del bienestar”, la cual distribuye la Secretaría del Bienestar anunciándola como el apoyo que busca “asegurar a nuestros adultos mayores un ingreso que reconozca todo su esfuerzo y empeño en la construcción de este país”.
Claudia Rivera, nos recuerda que las y los adultos mayores deben presentarse desde muy temprano a la intemperie y ante las inclemencias del clima para realizar distintas gestiones, las cuales pueden durar más de 4 horas donde los adultos mayores están sin alimento y sin líquidos.
De igual forma, la Mtra. Rivera enfatiza que el proceso al que se somete a las personas mayores no ha previsto agilizarse para afectarlos lo menos posible, ni evitar las secuelas y peligros de éstas jornadas, muchos de los cuales tienen que ir en silla de ruedas, o tienen dificultades para caminar, además de padecer diversos problemas de salud que pueden hacer más díficil el invertir tanto para obtener el apoyo del gobierno federal.
La académica en el SUJ, resalta que entre las cosas que deben sufrir las y los adultos mayores están quienes tienen una tarjeta bancaria vencida para recibir su pensión pero, en lugar de apoyarles y facilitarles la entrega de otra, los servidores públicos los suman a esta insoportable jornada bimestral, en la que además ponen en peligro a las personas mayores de ser asaltados. Es así como miles de adultos mayores mexicanos son violentados cada bimestre.
Desde el SUJ evaluamos que una de las poblaciones más olvidades y vulnerables en México es la de adultos y adultas mayores. Según el CONEVAL, en 2018: “siete de cada diez personas de 65 años o más recibían ingresos por pensión por jubilación o por programas sociales, sin embargo, la condición de recibirla no fue suficiente para erradicar la pobreza entre esta población. Por otro lado, las transferencias monetarias, principalmente las pensiones por jubilación y los apoyos por programas sociales, fueron el principal ingreso de la población de 65 años o más en 2018”.
Sin duda, las universidades públicas y privadas deberemos concentrar parte de nuestro trabajo en proponer soluciones que contribuyan a garantizar el ejercicio de derechos, así como a mejorar la calidad de vida de las mujeres y los hombres mayores de edad en México.