La sociedad necesita de académicos íntegros: universidad del SUJ

  • Como insiste la filósofa valenciana Adela Cortina, las sociedades necesitan a personas excelentes e íntegras que trabajen para lograr que sean lugares adecuados para la vida digna.

 

 

Dar por hecho que es normal el plagio es renunciar a ser un profesionista y una persona pertinente para transformar la realidad. El plagio y otros actos de deshonestidad ponen a prueba la institucionalidad de las universidades, por ello, con el objetivo de refrendar el compromiso con valores como la honestidad y la integridad, nuestra universidad. La IBERO Ciudad de México realizó el panel “Deshonestidad académica: implicaciones éticas, legales y reglamentarias”.

 

El Dr. Diego García Ricci, Procurador de Derechos Universitarios en el SUJ, señaló que: “En la normatividad institucional está prevista una variedad de casos de deshonestidad, con sanciones que van desde anulación de la evaluación hasta la suspensión o incluso la expulsión; sin embargo, más allá del ámbito universitario hay conductas deshonestas que pueden implicar una sanción penal”.

 

Por su parte, el Dr. Pablo Ayala Enríquez del Tec de Monterrey, señaló que el fraude académico se ha vuelto una industria con técnicas como el “molino de ensayos” o las y los escritores fantasma, y otras más difíciles de identificar para las universidades. Lo que nos corresponde a las universidades no es perseguir a las y los estudiantes que hacen trampa, lo que nos toca es educar en una cultura de la integridad. Pido a nuestras y nuestros estudiantes a ser íntegros pues se arriesgan a fallar en el cumplimiento de las expectativas legítimas que la sociedad tiene puestas en ustedes como profesionistas, sin olvidar que se abre la puerta a un desempeño profesional mediocre”.

 

La Dra. Sonia Hernández Cordero, académica e investigadora en el SUJ,  señaló que: “El plagio es hacer trampa, engañar, fabricar datos o falsificar información. Es un fenómeno que altera y afecta el aprendizaje y el desempeño académico, que también contribuye a la corrupción que aqueja al país. La integridad académica se basa en el compromiso de defender cinco valores: honestidad, confianza, justicia, respeto y responsabilidad”.

 

Como SUJ trabajamos de manera reforzada con nuestra comunidad para la incorporación de los principios éticos que queremos nos distingan como comunidad universitaria y de profesionales. Estos principios también forman parte de nuestras herramientas para contribuir a la transformación de la sociedad.

 

 

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