“Para el presente amén, para el futuro aleluya”. Pedro Arrupe, SJ.
Durante este año difícil nuestra comunidad estudiantil acompañó, alivió el dolor y curó las heridas de los más necesitados con proyectos y reflexiones que son esperanza de realidades mejores por venir durante el año nuevo que se avecina.
En el SUJ una fuente de aliento, consuelo y esperanza es la juventud estudiantil de nuestras universidades, quien en medio de la adversidad de la COVID-19, y sus duras restricciones, dio testimonio de aquellas características que Pedro Arrupe, S.J., vislumbró como emblemas de la juventud de este siglo: “un idealismo impaciente, una generosidad que se muestra en forma de servicio; autenticidad frente al fariseísmo; sensibilidad hacia el hombre, especialmente hacia los más necesitados, y un espíritu universal porque el mundo se ha empequeñecido”.
Hubo muchas formas en que la comunidad universitaria se hizo presente en medio de esta emergencia y sus dramas humanos, como samaritanos y samaritanas que salieron a la vera de los caminos para acompañar, aliviar el dolor y curar las heridas de los más necesitados a través de distintos y creativos proyectos; evidencia de que es la realidad y su transformación la principal asignatura con la cual interactúan todos los programas de estudios del SUJ, desde la filosofía de la educación ignaciana: qué he hecho, qué hago y qué voy a hacer para incidir e influir en la sociedad.
A poco de finalizar el 2021 es verdad que prima la tristeza de los seres queridos que hemos perdido y aunque ya se ha podido tomar clases presenciales, salir y realizar más actividades; prevalece el miedo y la incertidumbre por no saber cuándo podremos sentirnos libres dentro de esta contingencia sanitaria que parece no tener fin.
Sin embargo, también es momento de agradecer, de renovar la esperanza, los votos de compromiso y servicio a los demás, de recordar que lo perdido también puede ser motivo para encontrar vivir con más sentido y humanidad, según la sabiduría paradójica de que si el grano de trigo no muere tampoco dará fruto en nosotros.
¡Desde el SUJ les deseamos un Año Nuevo para imaginar y crear más amor, justicia y paz!