- A un año del asesinato en Cerocahui, los jesuitas, Luis Gerardo, Luis Arriaga y Alex Zatyrka, recuerdan a sus hermanos Joaquín y Javier.
Hace un año, el 20 de junio de 2022, dos jesuitas, pertenecientes a la Compañía de Jesús México, fueron asesinados junto al laico Pedro Palma. Javier Campos y Joaquín Mora, jesuitas que caminaron por más de 50 años con rarámuris y mestizos, quienes ofrendaron su vida por la vida digna de la Sierra Tarahumara, en Cerocahui, Chihuahua.
Jesuitas pertenecientes a la Compañía de Jesús expresan el dolor por su perdida y la huella de una injusticia más que existe ante tanta violencia en nuestro país. Y se recuerda con cariño, la vida de estos dos padres que pusieron en “todo amar y servir” ante los más vulnerables. Dando ayuda y consuelo a quienes más lo necesitaban.
Las palabras de Luis Gerardo Moro Madrid, SJ, Provincial de México, las plasmó en el periódico REFORMA, titulado ‘Cerocahui, heridas abiertas’. Mismo que reflexiona sobre lo acontecido en la Sierra Tarahumara es muestra de lo que ocurre en muchas comunidades donde la gente tiene que lidiar con las reglas del crimen organizado. Y expresa el deseo, de todos los mexicanos, tener seguridad de que estos eventos no se repitan.
Por su parte el Rector de tres de las ocho universidades del SUJ; en IBERO Ciudad de México, Tijuana y el TUVCH; el Dr. Luis Arriaga, SJ, se pronunció ‘A un año de Cerocahui: la apuesta radical por la paz ‘. En su columna, publicada en El Universal, hace un recuento de lo ocurrido hace un año y expresa la urgencia de contar con políticas públicas basadas en evidencia, con empatía hacia las víctimas y que construya paz con justicia, derechos, verdad y memoria.
Por último, el Rector del ITESO, el Dr. Alexander Zatyrka, SJ, en el texto ‘Del dolor a la esperanza’, expresa lo que se ha visto en la sociedad. El dolor que se multiplica incesantemente a causa de la violencia y de la evidente incapacidad del Estado para contenerla, escribe. Y afirma que una sola vida dañada o arrebatada es suficiente para seguir exigiendo el fin de la violencia, al recordar a sus hermanos jesuitas Joaquín Mora y Javier Campos, asesinados en Cerocahui hace un año cuando intentaban proteger a un guía de turistas.
Como comunidad SUJ nos unimos al dolor que deja esta cicatriz y alzamos la voz para seguir exigiendo justicia, no solo para los Jesuitas de Cerocahui, sino para todas aquellas personas a las que les han arrebatado la vida de forma tan violenta. Y oramos por sus familiares que cada una de las voces que piden sean escuchadas y se construya la paz con justicia.