- La enseñanza de las matemáticas fue inseparable de la novedosa fórmula jesuita para propagar su visión del cristianismo como contemplación en la acción, y a la vez modelar la humanidad de sus estudiantes.
- El SUJ busca que la enseñanza de las matemáticas dialogue con las diferentes realidades del país y el mundo, y despertar la conciencia de su presencia y utilidad en las actividades más cotidianas.
- En el SUJ las matemáticas se hacen eco de las preferencias apostólicas de la Compañía de Jesús porque están presentes con su saber entre los grupos vulnerables, acompañan a los jóvenes, ayudan a cuidar la casa común con sus mediciones, y son un camino para trascender en el servicio a los demás.
Jesuitas, Ejercicios Espirituales y matemáticas
En el SUJ las matemáticas no están en un rincón absortas en sus ecuaciones. Como es propio de los saberes en una universidad de inspiración cristiana, humanista e ignaciana, también esta disciplina posee una función liberadora.
Los primeros jesuitas al comenzar su aventura educativa en colegios y universidades comprendieron que las matemáticas son una herramienta para formar la sensibilidad, el pensamiento y una imaginación que puede transformar e innovar la realidad.
Para comprobar esta vertiente práctica del saber matemático basta evocar el cambio social, cultural y científico que esta ciencia, al lado de la física, provocó al revolucionar –con Copérnico, Galileo y Newton—la comprensión del universo, de la Tierra, y del lugar de lo humano tanto en uno como en la otra.
Francis Bacon, un renacentista con los pies en la tierra, recomendaba la práctica de las matemáticas a las mentes dispersas, ya que con ellas el pensamiento se concentra, se vuelve más atento y adquiere mayor profundidad al observar.
Un dato curioso, pero necesario: tanto Ignacio de Loyola como Bacon están unidos por la innovación. Ambos, en distintos momentos de aquel tiempo de descubrimientos, fueron creadores de dos métodos. El primero de los Ejercicios Espirituales, concebidos para tratar con las complejidades del espíritu; y el otro, del método inductivo que tanto contribuyó al desarrollo de las ciencias y su investigación de la verdad natural.
En este sentido, hay una relación entre el hacer matemático y los Ejercicios Espirituales, las fórmulas escuetas de Ignacio para factorizar los afectos desordenados de lo humano y de la sociedad a través del discernimiento. Los dos tienen en común ser tecnologías del espíritu, ingenierías del alma (Yuri Olesha), que trascienden su abstracción para hacerse presente en lo tangible del mundo, y contribuir a la solución de sus problemas.
No fue casual que las primeras generaciones de jesuitas incluyeran en sus colegios y universidades una esmerada y exigente formación en matemáticas, junto con las humanidades clásicas y las artes. La enseñanza de las matemáticas fue inseparable de la novedosa fórmula jesuita para propagar su visión del cristianismo como contemplación en la acción, y a la vez modelar la humanidad de sus estudiantes.
El SUJ y su foro para enseñar mejor las matemáticas
Una piedra de toque fundamental para aterrizar aún más a las matemáticas en los ideales educativos jesuitas es el Foro de Enseñanza de las Matemáticas, iniciado en el 2000 y que desde el año 2016 congrega a los Departamentos que cultivan la disciplina de las Matemáticas del SUJ, en un formato itinerante cada año por los distintos campus para vincular mejor a los homólogos de todo el sistema jesuita de universidades, incluidas las preparatorias.
Se pretende en estos encuentros que el profesor reflexione sobre la importancia de su nuevo lugar en el aula –que ya no es el tradicional– y facilitar mediante un abanico de opciones el acompañamiento exitoso de los alumnos en su transición del bachillerato a la universidad en el marco claro y distinto de la pedagogía ignaciana.
Así como es probable que haya una identidad jesuita de la lectura y la escritura, también puede que exista un modo muy nuestro como SUJ de enseñar y utilizar el saber de las matemáticas en congruencia con los ideales de formación ignacianos. En estos encuentros se han abordado temas como las matemáticas necesarias para la universidad (contenidos y metodologías), el uso de Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs), y procesos innovadores de enseñanza de esta asignatura que han probado su efectividad.
En el Foro también se reflexiona sobre cómo hacer para que las matemáticas dialoguen con las diferentes realidades del país y el mundo, abrir su horizonte a los problemas de hoy relacionados, entre otros, con la interculturalidad, las desapariciones forzadas, el medio ambiente, el género, la migración, los derechos humanos, o la democracia.
Seguir este camino permite que profesores y estudiantes se den cuenta de que las matemáticas y su enseñanza, por técnicas o abstractas que parezcan, se inscriben en todo un entramado de asuntos humanos, sociales y ambientales, que enseñarlas y practicarlas no está en contradicción con encargarse de la realidad para mejorarla y servir mejor a la sociedad.
Por ejemplo, cuando esta ciencia de los números se hace presente en la cotidianidad económica de familias vulnerables para proteger sus finanzas de la felonía de bancos, o casas de empeño, y sus atracos en las tasas de interés. Lo mismo que al despertar la conciencia de su presencia y utilidad en las actividades más cotidianas; o cuando se usa para dar certidumbre numérica a los procesos democráticos, muchas veces amenazados por las falsas informaciones que cunden, sobre todo, en tiempos electorales.
Con las matemáticas también se salva la vida y su sentido, encontrar el modo jesuita de hacerlo en nuestros colegios y universidades es el gran reto para que este saber no vea opacar su importancia, tan apreciada desde los albores intelectuales y espirituales del proyecto humano. A través de sus números, la verdad de las matemáticas nos hace un poco más libres.
Texto por Carlos Mario Castro