- No puede haber democracia y vida digna para la sociedad si no se reivindica seriamente a las mujeres. Que cada persona valga por ser persona.
La sociedad a la que aspiramos y a la que dedicamos nuestros mayores esfuerzos como Sistema Universitario Jesuita es una en que la igualdad y la equidad sean elementos mínimos para vivir en justicia. Eso sería parte de vivir en una democracia sustantiva.
Es evidente que en nuestra sociedad ha habido algunos cambios, pero también es una realidad que dichos cambios no han generado las condiciones mínimas indispensables para considerar que las mujeres en nuestro país comienzan a tener posibilidades reales de vida digna y justicia.
Decir que las mujeres valen porque también son personas es tan obvio que pareciera innecesario e incluso chocante decirlo; sin embargo, en nuestro país sigue siendo necesario hacerlo e insistirlo porque el trato que se da a las mujeres aún dista mucho de ser el que merecen por ser personas y por ser mujeres.
Esta realidad nos interpela a todas, todos y todes pues, si de verdad queremos democracia, no podemos permitirnos más que las mujeres sean tratadas de manera contraria a su dignidad. Reconocer a las mujeres como personas es, al mismo tiempo, reconocer que tienen dignidad, la misma que caracteriza a cualquier ser humano.
Este es un día de muchos discursos, de muy buenos discursos, de palabras muy elocuentes, lo cual es un buen paso, pero lo que hace falta son hechos, son actos, son realizaciones. Requerimos de integridad, es decir, de actuar de acuerdo a como se piensa; necesitamos pensar y actuar según lo que es realmente bueno y valioso para todas y todos.
Nos hace falta integridad personal, profesional, del poder político, del empresariado, de todos los sectores de la sociedad para avanzar hacia una sociedad democrática donde las mujeres puedan vivir en dignidad y con justicia, sin escatimarles ninguna posibilidad para lograrlo plena e integralmente.
Escabullir al compromiso y deber de justicia para con las mujeres, desde el nivel más doméstico hasta cualquiera relacionado con la esfera del poder público nacional o internacional, nos hace más débiles como sociedad, nos perjudica a todas, todos y todes.
Este día nos recuerda lo que nos falta en cuanto a respetar, fortalecer y acompañar a las mujeres en la construcción de contextos y posibilidades para que puedan vivir en dignidad y justicia.
Como SUJ estamos convencidos de que garantizar vida digna y justicia para las mujeres es generar posibilidades de armonía y de vida buena para el conjunto de la sociedad. Garantizar a las mujeres el ejercicio pleno y sustantivo de todos sus derechos es un acto de justicia histórica y, además, impacta positivamente en las condiciones de vida para las personas en su entorno.
Buscando congruencia con ello, en el SUJ la perspectiva de género esta cada vez más presente en todos nuestros programas educativos, en todas las funciones sustantivas de nuestras universidades, en nuestras estrategias de vinculación e investigación, así como en la generación de condiciones de igualdad mediante la implementación de acciones de discriminación positiva para contribuir a revertir lo que históricamente se ha negado a las mujeres en la mayoría de los ámbitos de la sociedad.
Hoy, las ocho universidades del Sistema Universitario Jesuita rendimos respeto y honor a las mujeres y declaramos nuestro compromiso imperturbable con sus luchas.
Texto por Adriana Velázquez