- Una herencia importante de Pedro Casaldáliga es la presencia de la espiritualidad como raíz necesaria de toda acción de transformación social.
- En el SUJ la espiritualidad ignaciana de los Ejercicios Espirituales es el método para aprender a ser contemplativos en la acción.
Liberación con espíritu
El 8 de agosto falleció Pedro Casaldáliga (1928), obispo de Sâo Felix de Araguia, en Brasil. Fue uno de los referentes más auténticos de la iglesia latinoamericana; en especial, de una teología practicada como inteligencia del amor al servicio de las legiones de empobrecidos del continente, a quienes acompañó como obispo, poeta y amigo; incluso, en medio de amenazas de muerte proferidas por poderosos enceguecidos por el capital y sus privilegios sin medida. Entonces como ahora era una blasfemia que la mayor gloria de Dios pudiera consistir en defender y asegurar la vida de los pobres y excluidos.
La huella de su compromiso y lucha, como la de tantos otros congruentes religiosos y religiosas de aquella época, está presente en el Sistema Universitario Jesuita a través de los programas de incidencia social, la brújula que orienta a lo académico para encarnar con más eficacia a la universidad en los problemas de la humanidad, sobre todo de aquella parte más vulnerable y abandonada.
Una herencia importante que nos deja este obispo poeta, místico de la justicia si se permite la expresión, es la centralidad de la espiritualidad como raíz necesaria de toda acción de transformación social.
La vida de Casaldáliga fue testimonio diáfano de que la lucha por la justicia, para no devenir en consigna o activismo impotente, debe abrevar y emanar de una profunda experiencia espiritual. Lo que Jon Sobrino, jesuita y teólogo latinoamericano, formuló como liberación con espíritu.
En el SUJ esta experiencia interior que prepara para la acción tiene que ver con la espiritualidad ignaciana, cuya experiencia más importante son los Ejercicios Espirituales escritos por Ignacio de Loyola como un método para aprender a discernir las mociones de la historia, y ser contemplativos en la acción.
Una de las recomendaciones de la Compañía de Jesús a todas sus instituciones en el mundo consiste en dar a conocer los Ejercicios Espirituales, y propiciar su experiencia entre quienes comparten con ella la misión de construir una mejor humanidad y sociedad.
Texto por Carlos Mario Castro