Premian investigación con impacto social de académica del SUJ

  • El amar México motiva a la Dra. María Eugenia Mena Navarro, académica e investigadora de IBERO León, a contribuir a su desarrollo tecnológico, a generar innovación y patentes aplicadas.

 

 

La comunidad universitaria que conforma el Sistema Universitario Jesuita ha transformado su vida personal y profesional. Y no conforme con ello, a través de la educación ignaciana, empieza  a transformar el mundo y la vida de los demás. 

 

Un ejemplo de formación y transformación ignaciana es la Dra. María Eugenia Mena Navarro, académica e investigadora de la IBERO León. La docencia es para ella una vocación de servicio. Asegura que a través del conocimiento se puede empoderar a las nuevas generaciones para que hagan mejor las cosas; “crear, diseñar y, sobre todo, hacer ciencia y tecnología”.

 

Y como todo servicio tiene recompensa, su vocación la ha llevado a ser  merecedora del ‘Premio Ing. César O. Baptista Montes’ que otorga el Instituto Mexicano de Ingenieros Químicos, A. C. (IMIQ). La distinción recibida por la integrante del Cuerpo Académico de Tecnología y Ciencias Aplicadas del SUJ, busca reconocer a autores y autoras de trabajos técnicos sobresalientes que estimulan la creatividad, la innovación y el avance de la ingeniería química en sus campos de aplicación.

 

La doctora Mena Navarro participó como coautora de un artículo publicado en el libro ‘Nanoengineering, Quantum Sciences, and Nanotechnology Handbook’ donde comparte los resultados de una investigación cuyo objetivo es desarrollar un nano compuesto polimérico ignífugo. El polímero puede implementarse en textiles, materiales de construcción o mobiliario –por mencionar algo– para que estos sean menos inflamables.

 

“Es una formulación química, un nano compuesto que cumple con tardar la flama a través de nanotecnología. Abre las puertas para otras investigaciones que sean aplicadas a la industria; a veces creemos que hacer investigación es dejarlo en un artículo o publicación, y es válido, pero esto va enfocado a la industria, que la aplicación pueda contribuir a trascender hacia un impacto social”, explica la investigadora.

 

El reconocimiento del IMIQ motiva a la doctora a coadyuvar desde la investigación científica: “Soy orgullosamente mexicana, no me veo fuera de México; entonces, me motiva a contribuir al desarrollo tecnológico de mi país, a generar innovación y patentes aplicadas. Si puedo trasladar eso e impulsarlo a los jóvenes, a más empresarios y colegas, se puede hacer, puedes generar conocimiento, impulsar la comunidad en la que estamos”.

 

Finalmente, la especialista considera que para que las mujeres forjen una trayectoria profesional en las áreas STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) se requiere impulsar la pasión que desde pequeñas tienen sobre la tecnología y la ciencia; aunque reconoce que en México existen situaciones de contexto e inequidad de género que las alejan de ello. Ejemplo para todas las mujeres del Sistema Universitario Jesuita (SUJ).

 

“A la carrera o área que elijan, no va a ser fácil. Siempre les digo, sólo descubran esa pasión que llevan dentro; pero tenemos que poner condiciones externas para que esos roles sean menos difíciles de cargar y en equidad. Debe impartirse la ciencia y la tecnología desde pequeños, para que las niñas y los niños vean que estamos trabajando en equidad. Tenemos las mismas habilidades y recursos, y como docentes debemos darles la confianza”, concluyó.

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