- La firma del Pacto Educativo Global fue suscrito por 30 rectores de las universidades jesuitas que forman la AUSJAL, entre ellas el SUJ.
- El Pacto Educativo Global profundiza su compromiso de acompañar a los excluidos y marginados, para junto con ellos luchar por la trasformación de las estructuras económicas, sociales y políticas que causan y sostienen la injusticia.
- Adherirse a este Pacto representa para nuestro movimiento educativo jesuita la inmensa oportunidad en este momento crítico de la humanidad de hacer realidad tantos sueños, y participar en esta aldea global.
Una de las contemplaciones importantes de la segunda semana de los Ejercicios Espirituales es aquella donde Ignacio pide imaginar cómo la Trinidad observaba el mundo, y entonces acuerda que el Hijo se encarne para transformar la historia y liberar a los oprimidos de todas sus cargas: ver la tierra en tanta diversidad, así en trajes como en gestos, unos blancos y otros negros, unos en paz y otros en guerra, unos llorando y otros riendo, unos sanos y otros enfermos, unos naciendo y otros muriendo; y escuchar, después de palpar con todos los sentidos este escenario de ceguera y muerte, la decisión Hagamos redención del género humano (E.E. 106-7).
El espíritu de esta meditación fue el que se vivió durante la firma del Pacto Educativo Global suscrito por 30 rectores de las universidades que forman la AUSJAL, actividad realizada en línea y moderada por el SUJ desde el ITESO a través de su Rector, también presidente de AUSJAL, Doctor Luis Arriaga Valenzuela, S.J., acompañado desde Roma por el Padre General Arturo Sosa, S.J., y por el Padre Michael Garanzini, S.J., presidente de la Asociación Internacional de Universidades Jesuitas; además de la presencia virtual de representantes de las distintas universidades jesuitas de la región.
La firma de este compromiso tuvo como contexto los 35 años de fundación de AUSJAL, a la que pertenece el SUJ, ocasión propicia para volver al principio y fundamento que dio origen a la Asociación, y trazar los nuevos desafíos de acuerdo con el momento histórico que vive el continente, esta “tierra del futuro, que alberga grandiosos sueños y fracasos calamitosos” (Gerald Martin), sobre todo en este momento de incertidumbres y emergencias agravadas por la COVID-19.
Al comenzar este encuentro y diálogo, el Doctor Arriaga recordó que un hito importante en la trayectoria de AUSJAL fue la presidencia, entre 1999 y 2009, del Padre Luis Ugalde S.J., con el apoyo del Padre Xavier Gorostiaga S.J., una gestión que acuñó el principio, vigente en el SUJ, de que las universidades jesuitas en América Latina deben ser instituciones al servicio de la humanización de la sociedad, de la ciudadanía universal y del cuidado del hábitat de las futuras generaciones.
Por su parte, el Padre General Arturo Sosa, al reflexionar sobre la importancia del Pacto Educativo Global y la misión de las universidades jesuitas, dijo que se trata de una propuesta del Papa Francisco que nace de su profundo deseo de contribuir eficazmente a poner los medios para propiciar un mejor futuro para toda la humanidad, y hunde sus raíces en sus tres principales encíclicas.
Sobre todo es una iniciativa para enfrentar el impacto de la pandemia en los sistemas educativos en todo el mundo, amenazados por una catástrofe educativa global, por lo que la firma de este Pacto entraña un compromiso simbólico con los 250 millones de niños y niñas sin acceso a la educación en el mundo, y con los 10 millones que han abandonado la escuela en el trascurrir de la pandemia.
Agradecimiento a docentes de AUSJAL
El Padre Sosa destacó “que esta catástrofe se ha hecho aún más grande en América Latina y el Caribe” en donde las instituciones educativas de AUSJAL, y no sólo ellas, “han hecho esfuerzos inauditos para no retroceder en nuestros esfuerzos educativos, especialmente entre los sectores populares”, declaró.
En esta dirección, el superior de los jesuitas dedicó un reconocimiento muy especial, desde el fondo de su corazón, a los profesores, hombres y mujeres, quienes junto con el personal de salud se mantienen en la primera línea de contención de la pandemia, en el caso de los docentes procurando conservar la buena salud del espíritu mediante el ejercicio humanizante de la formación.
Ante una situación laboral del continente que precariza e invisibiliza el trabajo docente, el Padre Sosa agradeció “a todos los que han hecho posible ese esfuerzo de, aunque sea a pie, llegar a casa de los estudiantes cuando no hay los medios electrónicos para seguir participando de esta relación educativa, que [en AUSJAL al modo ignaciano] no es solamente instrucción sino que es acompañamiento en todas las dimensiones de la vida. Que incluye apoyar desde la comida y la familia hasta las posibilidades de tener compañía y de poder entender qué es lo que está pasando, sin despegarse tampoco del proceso educativo más formal”. También animó a las universidades jesuitas a no “decaer en esa tarea sino profundizar aún más nuestro compromiso en ese esfuerzo de llegar a los sectores que son más vulnerables, incluso ante la pandemia”.
Señaló que el Pacto Educativo Global del Papa está en perfecta sintonía con las preferencias apostólicas universales que él mismo dio a la Compañía de Jesús. Además, es una propuesta que tiene raíces en la espiritualidad ignaciana y el discernimiento, cimientos de nuestro modelo de formación en todos nuestros ministerios, especialmente en el acompañamiento que hacemos desde los Ejercicios Espirituales de Ignacio.
Un Pacto universal para acompañar mejor a los marginados
El General de los jesuitas destacó que el Pacto Educativo Global nos “invita a acercarnos, a hacernos próximos de los descartados, de los excluidos y marginados, para junto a ellos luchar por la trasformación de las estructuras económicas, sociales y políticas que causan y sostienen la injusticia”.
Y recordó que “la razón de ser de la educación jesuita siempre ha sido esa, hacer posible que las personas vivan como personas. Cualquier cambio de estructuras tiene un fundamento necesario en una buena educación, una educación de calidad, que supone nuestra capacidad de acompañar a los jóvenes, escuchándolos, abriendo nuestro corazón a la escucha, y así contribuir a promover ese futuro lleno de esperanza que habita en todos”.
También resaltó que la invitación del Papa Francisco se dirige a toda la humanidad, no es sólo una invitación a la Iglesia o la instituciones educativas de la Iglesia. Es una invitación a todas las naciones, a todos los pueblos, a todas las culturas. Se dirige a todos los seres humanos para constituir esa aldea global educativa capaz de ofrecer a los niños, niñas y jóvenes las oportunidades de una educación integral y de calidad como condición para avanzar hacia un futuro mejor.
El padre Sosa exhortó a las comunidades universitarias de AUSJAL a realizar todos los esfuerzos posibles para responder a la invitación del Papa Francisco. Asimismo animó a ser valientes y asumir la responsabilidad ciudadana de luchar por las condiciones para ofrecer educación integral y de calidad a las nuevas generaciones. Condiciones que hoy están en grave riesgo, y que no dependen únicamente de los gobiernos sino de la ciudadanía corresponsable que las exige, apoya y además las hace posibles.
Adherirse a este Pacto, concluyó, representa para nuestro movimiento educativo jesuita la inmensa oportunidad en este momento crítico de la humanidad de hacer realidad tantos sueños, y participar en esta aldea global. “Por eso los invito, de verdad, a que la firma no sea solamente una formalidad, sino auténticamente nos ayude a comprometernos más a fondo” con la misión de hacer redención de la humanidad desde las universidades.
Texto por Carlos Mario Castro