- En el marco de la FIL, autoridades del Sistema Universitario Jesuita de México discutieron sobre la situación actual de la violencia en el país y el papel que deben jugar las instituciones de educación superior para contribuir a la solución.
El viernes 2 de diciembre los rectores del SUJ formaron parte de la mesa de discusión “De la violencia a la construcción de la paz”. Durante la Feria Internacional del Libro (FIL 2022) que anualmente se realiza en la ciudad de Guadalajara. El Dr. Luis Arriaga Valenzuela, SJ, Rector de las IBEROs Ciudad de México y Tijuana y el TUVCH. El Mtro. Luis Alfonso González Valencia, SJ, Rector de IBERO León. El Mtro. Mario Ernesto Patrón Sánchez, Rector de IBERO Puebla. Y la Dr. Catalina Morfín López, directora general académica del ITESO, en representación del Rector Alexander Zatyrka, SJ. Desde donde expusieron sus puntos de vista y preocupaciones sobre las crisis de inseguridad, violencia e impunidad que sufre nuestro país.
Al respecto, los rectores en el SUJ coincidieron que los tres últimos gobiernos federales se han aproximado de la misma manera a este fenómeno, con respuestas caracterizadas por la militarización, la desatención de la justicia, así como la escasa inversión en materia de prevención: “Ante la violencia rampante, las decisiones del Estado contribuyeron en muchas ocasiones a exacerbar el fenómeno pues, al optar por políticas de seguridad de mano dura, se dio pie a la multiplicación de violaciones a los derechos humanos como la tortura, ejecuciones arbitrarias, detenciones ilegales y desapariciones forzadas. Una vez más la población civil quedó inerme ante la violencia del crimen organizado y también ante la violencia del Estado, siendo particularmente afectados los sectores más empobrecidos”, señalaron.
Los jesuitas ahondaron diciendo que hay terrenos donde la institucionalidad del Estado es inexistente o ha sido socavada debido a su vinculación con el crimen organizado: “Tenemos una política y presencia de estado fallida que no sólo no ha reducido los índices de violencia sino que no ha permitido arrancar un proceso de pacificación sostenido. Por otro lado hay un control de carácter macrocriminal donde la institucionalidad del Estado no existe porque las instituciones han perdido poder. Datos del INEGI establecen que la impunidad en México es de entre 96 al 99%, lo cual implica un debilitamiento estructural del Estado Mexicano. Sumado a lo anterior, las tres últimas administraciones han optado no por fortalecer a las instituciones de seguridad civiles sino a sustituirlas por las fuerzas armadas”.
En vistas a lograr pasos para transformar esta realidad, los rectores participantes en la FIL 2022 señalaron la necesidad de construir una política integral de pacificación: “Nos referimos a una política que parta de una visión sistémica y de Estado, y no sólo de combate a pie de tierra sino también de fortalecimiento sostenido de las instituciones encargadas de la justicia y de reparación del daño. En el Congreso federal se debate la ampliación de la presencia militar hasta por 9 años pero no se esta debatiendo la democratización de las fuerzas policiales y el fortalecimiento de las fuerzas civiles”.
Arriaga Valenzuela, rector de IBERO Ciudad de México; Patrón Sánchez, rector de IBERO Puebla y González Valencia, rector de IBERO León; coincidieron que frente a esta realidad la universidad está llamada a generar conocimiento sobre las violencias, a debatir sobre las razones por las que se ha perdido la coordinación entre las instituciones de gobierno, así como la pérdida del efecto regulador de la justicia y de la capacidad de disipar la inseguridad y la violencia por parte del estado.
De igual forma, los rectores en el SUJ participantes en la FIL 2022 fueron contundentes al señalar que un reto fundamental que tenemos en el SUJ es contribuir a que nuestras y nuestros estudiantes no normalicen las violencias y tampoco se conviertan en sus perpetradores dentro de los distintos entornos en que se mueven.
Indiscutiblemente la inspiración ignaciana de las universidades del SUJ nos obliga a denunciar lo que sucede. Sabemos que ello puede incomodar; sin embargo, apostamos por visibilizar los aspectos de la realidad que no están resueltos como un primer paso indispensable para enfocarnos en su transformación mediante propuestas aterrizadas y viables, y logrando que otros también se involucren un una dinámica de cambio social a favor del bien común.