- Maelvi Muñoz, académica del SUJ, en el ITESO, señala que cancelar escuelas de tiempo completo tendrá afectaciones no sólo en la formación de las infancias, sino también en otros aspectos de las vidas de quienes eran beneficiados por el programa.
El 28 de febrero de este año, la Secretaría de Educación Pública (SEP) anunció la eliminación del programa Escuelas de Tiempo Completo bajo el argumento de que el modelo se prestaba a prácticas de corrupción. Maelvi Muñoz, coordinadora de la Licenciatura en Ciencias de la Educación del ITESO, considera que esta medida tendrá un impacto en la formación y desempeño educativo de las infancias, en el conocimiento e incorporación de habilidades para la vida, e incluso en la contención de ciertos riesgos sociales: “Es una decisión que no se sustenta en la evaluación del programa. No han mostrado datos. Antes de ésta decisión debieron haberse retomado los objetivos, se debió identificar qué funciona y qué no para hacer mejoras, así como acciones para auditar los recursos”.
La académica en el SUJ señala que las evaluaciones de dicho programa “Permitieron ver reducciones en el rezago académico en escuelas de más marginación. Dicho de otro modo, las escuelas de los sectores más vulnerables eran las que tenían un mayor impacto. Además, tenían otros beneficios relacionados con temas de salud pues, en muchos casos, las y los menores comían en la escuela, lo que podía representar su única comida diaria, o al menos la más completa. Con la desaparición de este modelo escolar se verán afectados 3 millones 600 mil niñas, niños y adolescentes”.
Frente al escenario que implica esta decisión, Muñoz se pregunta: ¿A cargo de quién van a quedar esas niñas, niños y adolescentes? Las familias van a tener que reorganizarse como puedan. Este contexto permite prever una afectación económica, porque muchas madres de familia veían en el modelo la posibilidad de trabajar y dejar a sus hijas e hijos en un entorno seguro que ahora ha desaparecido. Ahora deberán dejar de trabajar o encargar a sus hijos con alguien más. O, en el peor de los escenarios, sus hijas e hijos quedarán a la deriva en la calle, con la posibilidad de que terminen siendo reclutados por el crimen organizado”.
La experta en educación en el SUJ considera que otro motivo de preocupación es que sin la existencia de escuelas de tiempo completo será muy complicado que las familias en precariedad accedan a conocimientos extracurriculares por falta de recursos económicos. Ante este escenario, algunos gobiernos estatales han expresado la voluntad de mantener el programa y financiarlo con recursos locales; sin embargo, Maelvi Muñoz enfatiza que el programa debería mantenerse como una iniciativa federal debido a que no todas las entidades podrán destinar los mismos recursos, por lo que se acentuarían las desigualdades en el acceso a las oportunidades.
Como universidades confiadas a la Compañía de Jesús, nos interpela que las políticas públicas relacionadas con la educación básica se debiliten y pierdan parte del camino ganado. Nuestro interés al respecto nos permite poner a disposición de los actores interesados nuestro bagaje, conocimiento y propuestas para contribuir a que el modelo y políticas de educación básica favorezca al máximo posible a las infancias, particularmente a aquellas en mayores condiciones de vulnerabilidad.