Se viven “desiertos alimentarios” en ZMVM: investigación SUJ

  • En municipios poco conurbados del Estado de México e Hidalgo, mucha gente vive en lugares donde es insuficiente el acceso físico y económico a comida.

 

 

Preocupados por la calidad de vida de las personas más desventajadas, la universidad del SUJ, la IBERO Ciudad de México, llevó a cabo la investigación “Entornos alimentarios urbanos: Estudio de caso de la zona metropolitana del Valle de México 2010-2020”.

 

En las periferias de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), específicamente en municipios poco conurbados del Estado de México e Hidalgo, la mayor parte de la gente vive en desiertos alimentarios, es decir, en lugares donde es insuficiente el acceso físico y económico a comida, reveló el Dr. Juan Manuel Núñez Hernández, académico del Centro Transdisciplinar Universitario para la Sustentabilidad (CENTRUS).

 

Bajo la conducción del Dr. Juan Manuel Núñez Hernández, el equipo de investigación también contó con la colaboración de Ana Luisa Reyes Puente y Sofía Alcalá Reyes, alumnas de la Licenciatura en Sustentabilidad Ambiental (LiSA) , también de la universidad jesuita de la Ciudad de México; Laura Alicia Rodríguez Bustos, profesora de la LiSA; y Dalia Guadalupe Peña Portilla, estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

 

Estos entornos alimentarios, explicó el doctor, se definen: los desiertos alimentarios son lugares en donde es insuficiente el acceso físico y económico a la comida. Los pantanos alimentarios se caracterizan por una oferta variada pero de baja calidad nutricional y alto valor calórico. Los oasis alimentarios se distinguen por una oferta amplia por acceso económico, físico y variedad de productos.

 

Entre los principales hallazgos del estudio se destaca que:

 

  • En 2010 cualquier persona de la zona metropolitana de la CDMX debía caminar un kilómetro para encontrar una tienda de conveniencia cuya oferta era comida procesada, nada de frutas ni verduras; a partir de 2020 las personas hallan una tienda de conveniencia cada medio kilómetro en promedio.

 

  • Los desiertos alimentarios, concentrados en la periferia del Valle de México, han disminuido, en parte por la política social de subsidios para reducir los niveles de pobreza en zonas urbanas.

 

  • Los desiertos alimentarios se han transformado en pantanos alimentarios que permite que las personas con más ingreso puedan acceder a más alimentos, la mayor parte de las veces mediante tiendas de conveniencia, las cuales se han multiplicado de manera intensa pero ofreciendo alimentos ultraprocesados, de mala calidad y alto valor calórico que contribuyen a la desnutrición, obesidad, diabetes, hipertensión, entre otros padecimientos.

 

  • La apertura de las tiendas de conveniencia ha contribuido a la caída del comercio local y a la pérdida de calidad alimentaria: por cada tienda de conveniencia se cierran aproximadamente 13 tienditas de la esquina (incluyendo carnicerías, fruterías, pollerías, abarrotes, cremerías), las cuales solían tener una oferta alimenticia más adecuada. Alcaldías en la CDMX que fueron oasis alimentarios, como Miguel Hidalgo, Cuauhtémoc, Venustiano Carranza y Benito Juárez, se han convertido en pantanos debido al nivel de penetración de los OXXO, Seven Eleven, K-mart, entre otras.

 

  • La dinámica de vida que impide a las personas preparar sus alimentos ha contribuido a elegir opciones que “faciliten la vida”, las cuales generalmente se sólo incluyen comida procesada, así como casi ninguna verdura ni fruta.

 

  • Los oasis alimentarios se encuentran casi exclusivamente en zonas donde los niveles socioeconómicos son más altos.

 

Si bien ésta investigación se realizó en un espacio territorial concreto, también tiene el valor de permitirnos una aproximación a las dinámicas alimentarias que muy probablemente se sufren en otras regiones periféricas a los grandes centros urbanos de nuestro país.

 

Como SUJ nos manifestamos preocupados ante los millones de personas que no tienen acceso a una alimentación adecuada en cantidad, calidad y costo. La seguridad alimentaria debe ser una prioridad de las políticas públicas y acciones de gobierno en todo el país, por lo que llamamos a revisar la política social y productiva para que estén en capacidad de cumplir con las obligaciones que nuestro país tiene respecto al derecho a la alimentación en cuanto a garantizar el pleno acceso a alimentos adecuados, suficientes, de calidad, a costos accesibles, en particular para los sectores de la población en mayor desventaja.

 

 

es_MXSpanish