SUJ apoya en la localización de fosas clandestinas.

  • México es el único país en América Latina que en etapa democrática sigue padeciendo la desaparición de personas como una grave violación a los derechos humanos sistemática y generalizada.

 

  • Desde 1964 a la fecha se tiene el registro de 105,000 personas no localizadas en México.

 

 

En México dos momentos políticos marcan la clave en la desaparición de personas y el aumento de fosas clandestinas: la contención de las guerrillas y la guerra contra el narcotráfico.

 

Una fosa clandestina es un sitio en el que uno o más cuerpos y/o restos de personas fueron enterradas de forma anónima y/o ilegal, con la intención de ocultar o destruir evidencia de un delito.

 

A pesar de lo extendido y grave de las desapariciones forzadas y del aumento de fosas clandestinas, en México pocas instancias trabajan con rigor en la recuperación, ordenamiento y análisis de información relacionada con estos fenómenos.

 

Por esa razón, la universidad jesuita, IBERO Puebla, invitó a un espacio de diálogo y análisis a Data Cívica, quien es una de las pocas organizaciones civiles dedicadas a la recuperación y análisis de la información oficial, de prensa y académica relacionada con fosas clandestinas.

 

Buscando que la opinión pública se informe sobre este tema, así como impulsando una ruta crítica para la localización de fosas clandestinas, la universidad del SUJ en Puebla compartió el trabajo que realiza Data Cívica en cuanto al desarrollo de un algoritmo entrenado para identificar lugares con alta probabilidad de tener fosas clandestinas: “Nosotros recopilamos y contrastamos información oficial con reportes de prensa y datos académicos. Lamentablemente no todas las fiscalías dan información, o cuando la dan ésta es incompleta. Ante esto hay dos posibles explicaciones: o no se han generado registros adecuados o existe una política de no proporcionar datos”, señaló Jorge Ruiz Reyes, integrante de la organización civil.

 

El trabajo de investigación y análisis de datos con los que trabaja el algoritmo identificó 52 fosas en la región fronteriza norte mediante la geolocalización por concentración atípica de nitrógeno, el cual es liberado por cuerpos enterrados. En este caso, el modelo también permitió ubicar que entre hoyo y hoyo había una distancia aproximada de 7 kilómetros, así como que las fosas se encuentran en sitios a los que cualquier persona podría llegar en auto: “En estos casos el acceso clandestino era de alta accesibilidad pero de poca visibilidad”, señaló Alicia Franco Boscan de Data Cívica.

 

El modelo que Data Cívica compartió con la comunidad SUJ, sin duda representa una oportunidad al alcance de las familias de personas desaparecidas, pues cuenta con elementos técnicos y científicos razonablemente consistentes para atender algunas necesidades que se enfrentan en los procesos de búsqueda.

 

Sin embargo, y a pesar del avance que esto representa, este tipo de herramientas son un auxiliar de las familias que buscan a sus seres queridos, pero no tienen la capacidad de resolver la crisis forense y humanitaria que vive México. Para revertir dicha problemática sería necesaria la articulación con las autoridades, y que éstas realicen su trabajo con ética, profesionalismo, así como con criterios técnicos y científicos.

 

Frente a la gravedad de lo que implica la crisis humanitaria y forense que vivimos en México, como SUJ reiteramos la importancia de actuar de manera coordinada, eficiente e inmediata para prevenir, investigar y sancionar la desaparición de personas. De igual forma nos reiteramos comprometidos con las víctimas y sus familias en sus exigencias de justicia, verdad y reparación, además de entregarles toda nuestra solidaridad y respeto por su dolor, angustia y esperanza.

 

 

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