- El Taller Internacional de Proyectos de Cooperación SJ reflexionó sobre cómo está cambiando la sociedad y el mundo con el paso de la pandemia, y cuáles serán las nuevas demandas de las universidades jesuitas.
- En la inauguración del Taller la maestra Sylvia Schmelkes del Valle, vicerrectora académica de la Universidad Iberoamericana México-Tijuana, dijo que la pandemia nos ha hecho valorar la presencialidad y lo que con ella se logra: trabajo colaborativo y en equipo, argumentación y discusión, elementos para desarrollar el pensamiento crítico, un enfoque integral que ofrezca bienestar físico, espiritual y, muy importante, compromiso social.
Pedro Arrupe, S.J., el legendario general de la Compañía de Jesús, reinventor de Ignacio de Loyola y los jesuitas para los tiempos modernos de la Iglesia y el mundo durante la década de 1960 en adelante, repetía una de las frases visionarias que le caracterizaban: No podemos responder a los problemas de hoy con soluciones de ayer.
Él [Arrupe] “intuía el futuro. Y por eso iba adelante de muchos que no acertaban a seguirle, porque no podían seguir su paso; y por eso no es sólo un hombre de su tiempo, sino un hombre que pretendía preparar a sus compañeros para el futuro, para ese tercer milenio donde las aguas se irán serenando y puedan realizar la labor que tienen encomendada”, una descripción acertada del cardenal Vicente Enrique Tarancón sobre este testigo de la bomba atómica en Hiroshima, cuya mirada se levantaba por encima de su propio tiempo, como un faro entre aguas turbulentas, para iluminar las brumas indescifrables en el horizonte.
El SUJ se reinventa con la pandemia
Las aguas del mundo no se han serenado, parecen estar más agitadas que nunca en este segundo milenio. Sin embargo, la pedagogía difícil e incómoda de Arrupe de intuir el futuro, esperarlo pertrechados con soluciones nuevas, es una brújula para orientar los esfuerzos del SUJ frente a la emergencia provocada por la COVID-19.
Para ello tuvo lugar en estos días el Taller Internacional de Proyectos de Cooperación SJ, en el cual participaron docentes del SUJ y de otras universidades de la Compañía de Jesús con la intención de reflexionar sobre cómo está cambiando la sociedad y el mundo con el paso de la pandemia, y cuáles serán las nuevas demandas de las universidades jesuitas.
Durante la inauguración de este taller, la maestra Sylvia Schmelkes del Valle, vicerrectora académica de la Universidad Iberoamericana México-Tijuana, refirió que la pandemia nos ha mostrado todo lo que hemos perdido con la educación a distancia y nos ha llevado a valorar la presencialidad, y lo que con ella se logra: trabajo colaborativo y en equipo, argumentación y discusión, elementos para desarrollar el pensamiento crítico, un enfoque integral que ofrezca bienestar físico, espiritual y, muy importante, compromiso social.
La pandemia, dijo la vicerrectora, es una oportunidad para repensarnos a nosotros mismos, a las instituciones educativas, a la sociedad misma, de ganar no sólo en la capacidad “de adaptarnos a circunstancias inciertas, también en la capacidad de responder como instituciones de educación superior a los problemas de un mundo cambiante”.
Dejarse llevar por el espíritu del cambio e intuir el futuro
La maestra Schmelkes aludió a la propuesta programática de la ecología integral enunciada por el Papa Francisco en su pasada encíclica Laudato Si, respecto las relaciones entre nosotros mismos, con los demás con la naturaleza y con lo trascendente.
Al respecto, compartió que se puso en marcha la convocatoria IBERO frente al COVID-19, cuyo fin es desarrollar proyectos basados en los saberes diversos de la comunidad universitaria para enfrentar los problemas derivados de la pandemia, a través de propuestas de investigación científica, humanística y tecnológica; intervenciones sociales e iniciativas que combinan talentos, habilidades y preocupaciones de la comunidad universitaria.
Debido a que el objetivo del taller fue compartir experiencias con otras instituciones educativas jesuitas, la maestra Sylvia Schmelkes platicó cómo se ha afrontado la emergencia sanitaria. En cómo se configuraron las clases a distancia en una semana gracias a que se contó con el equipo necesario para hacerlo.
“El 60% de nuestros maestros recibió capacitación de emergencia para la transición. El resto lo logró a través de Brightspace, la plataforma de gestión académica que utilizamos. Pudimos proporcionar computadoras portátiles a nuestros estudiantes de bajos ingresos. Tres semanas después, realizamos una encuesta a docentes y estudiantes. Los resultados nos mostraron dónde estaban los problemas y pudimos atenderlos directamente”, compartió.
Informó que, durante las vacaciones de verano, los docentes tomaron cursos sobre el modelo híbrido, para que cualquier lección se pudiera dar de forma presencial o a distancia. Estuvieron acompañados de un equipo de apoyo pedagógico y otro a nivel tecnológico. Aprendieron a diseñar clases remotas.
“Ahora estamos en la séptima semana del otoño y las cosas marchan sin problemas académicamente hablando. Pero nuestros estudiantes están presentando problemas emocionales, económicos y de salud (propios o familiares). Nos estamos acercando a ellos: reunimos a un equipo de psicólogos para apoyo emocional. Asimismo, les insistimos sobre medidas preventivas, de buena nutrición y ejercicio”.
Como en los tiempos de la Compañía de Jesús liderada por Arrupe, quizás nos encontremos ante un momento propicio de refundar las propuestas educativas jesuitas para estar a la altura del mundo que emergerá, en una normalidad nueva, después de la enfermedad que ahora galopa por el mundo. El SUJ está aprendiendo a dejarse llevar por el espíritu del cambio y a intuir el futuro.
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