- Dos estudios realizado por IBERO Puebla revelan que 9 de cada 10 personas han sido víctimas de violencia familiar, pero también la ejercieron estando enojadas. De las personas que vivieron violencia, una de cada cinco personas sufrió agresión física.
Durante el verano de este año, la universidad jesuita de Puebla realizó dos investigaciones sobre violencia intrafamiliar a través de su Departamento de Ciencias de la Salud: Enojo excesivo y violencia familiar: Informe para maestros y padres de familia y Enojo excesivo y violencia familiar: hacia una propuesta de política pública en el Estado de Puebla.
Entre los hallazgos de los estudios se encontraron los siguientes:
- El 89.5 por ciento de las personas afirmó haber sido víctima de violencia psicológica por parte de un familiar enojado, generalmente el cónyuge.
- El 94.4 por ciento de las mujeres y el 91.6 por ciento de los hombres han ejercido, estando enojados, algún tipo de violencia psicológica hacia algún familiar durante estos más 16 meses de pandemia.
- 5 % ejerce violencia física contra algún familiar, la mayoría de las veces contra la pareja, pero también hacia los hijos.
- El enojo excesivo, entre otros factores, es un elemento que aumenta las reacciones violentas, especialmente las de tipo psicológico.
- Si bien existe más información estadística sobre la violencia hacia las mujeres que hacia los hombres, la violencia más recurrente está en las relaciones de pareja, donde hombres y mujeres han ejercido varios tipos de violencia hacia su cónyuge.
- El manejo emocional se vuelve indispensable para disminuir los episodios de violencia.
Si bien la violencia en las familias no es un problema nuevo, si es cierto que muchas familias han padecido un aumento en las dinámicas hostiles derivadas de distintos aspectos relacionados con el confinamiento por COVID-19.
Otro aspecto revelado es que aun cuando los gobiernos federales y locales han realizado algunos esfuerzos para combatir la violencia familiar mediante programas para remediarlo y sancionarlo, no han arrojado los mejores resultados, además de que no existen suficientes iniciativas orientadas a la prevención.
Las investigaciones realizadas por la universidad jesuita en Puebla, desarrollaron distintas propuestas para una política pública orientada a reducir el problema del enojo excesivo y la violencia familiar, entre las que destacan: implementar medidas preventivas para fomentar el autocontrol del enojo y el cuidado mutuo en las relaciones familiares, concientizar a la población sobre el problema mediante diversas actividades y medios; aumentar la participación de la sociedad civil como promotores de la lucha contra la violencia familiar, y reconocer los daños del enojo excesivo y la violencia familiar.
Preocupa al SUJ los distintos ámbitos y niveles que constantemente generan violencia, dolor y angustia a las personas. La exposición constante de mujeres, niñas, niños, adolescentes, jóvenes, hombres y adultos mayores a contextos, situaciones y ambientes desestructurantes y hostiles tiene y tendrá efectos graves a corto, mediano y largo plazo.
El trabajo orientado a minimizar el sufrimiento de las personas constituye uno de nuestros principales intereses y esfuerzos, por ello alentamos y generamos las facilidades para que las y los investigadores, académicos, estudiantes y grupos de nuestra comunidad universitaria se interesen, se involucren, participen y creen propuestas y alternativas para prevenir, atender y erradicar las formas de violencia que más afectan a las y los mexicanos.
Creemos que esta es la clase de respuesta que corresponde construir a cualquier universidad jesuita; nuestra misión es estructurar alternativas de solución a las necesidades de la sociedad.