- Brechas digitales, violencia contra comunicadores, presión gubernamental, alfabetización mediática y estancamiento comercial fueron los principales retos identificados durante los conversatorios organizados por IBERO Puebla y la AMEDI.
En fechas recientes la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (AMEDI) celebró 20 años de existencia y de trabajo arduo a favor de los derechos a la libertad de expresión y al acceso a la información. En el contexto de dicha celebración AMEDI y la universidad jesuita, IBERO Puebla, llevaron a cabo diversos conversatorios para analizar el estado actual de la libertad de expresión y sociedades democráticas.
Entre las organizaciones y expertos que participaron en los distintos diálogos, la investigadora Yolanda Meyenberg señaló que el presidente Andres Manuel López Obrador (AMLO) tiene un discurso que gira en torno a una transformación que no necesariamente está vinculada a la democracia “AMLO ha sido capaz de mantener constantemente la narrativa de la 4T y de seguir alimentando al movimiento que está detrás de su triunfo electoral. Su modelo de comunicación, cuyo epítome es la conferencia mañanera, cumple éxitosamente con los fines propagandísticos de fijar agenda, mantener la idea de cercanía y consolidar una narrativa. En contraste, el combate a la transparencia se tergiversa con el concepto paraguas de ‘corrupción’, estandarte de la administración actual”.
Por su parte, Eréndira Salgado Ledesma, docente de la Universidad Anáhuac, consideró que un blanco de la retórica obradorista han sido los órganos autónomos (INE, INAI, COFECE, IFT) cuya acción ha causado escozor pues sus resoluciones no siempre son afines a los intereses de las autoridades, y también debido a que el poder Ejecutivo no puede influir en las decisiones y resoluciones de dichos órganos.
Sobre los órganos constitucionales autónomos, Javier Corral, ex gobernador del Estado de Chihuahua, consideró que existen para equilibrar y distribuir el poder: “Sin duda dichas instituciones son criticables pero responden a los principios democráticos para los que fueron creados. El principal reto se encuentra en la polarización política que amenaza también a los medios de comunicación”.
Marina San Martín Rebolloso, comisionada del INAI, sostuvo la idea de que los organismos autónomos les toca asumir su papel de árbitros institucionales: “El enfoque debe centrarse en los intereses colectivos y aprovechar el diseño de las instituciones para reclutar perfiles profesionales y comprometidos”.
Por lo que hace al acceso a la información, las y los especialistas señalaron que ha transitado hacia la domesticación en el ámbito local, donde los sujetos obligados han aprovechado la articulación de las normativas para complejizar el acceso a la información pública. Con ello, se anula la participación ciudadana, se limita la fiscalización del poder público y se moldea el debate al controlar las formas de pensar.
Al respecto, el Director Regional de Artículo 19, Leopoldo Maldonado Gutiérrez, señaló que en los últimos tres años se ha profundizado el discurso beligerante contra la prensa que habilita a agentes públicos y privados a atacar a los profesionales de la comunicación.
Por su parte, la periodista Violeta Contreras García enfatiza que: “La manera de comunicar influye en las formas de representar las diferentes realidades del mundo. Los feminismos han tenido mucho que decir al respecto, señalando cómo los medios masivos han sido responsables de moldear las formas de pensar y actuar de las personas. Necesitamos construir nuevas narrativas y herramientas que correspondan a las nuevas formas de pensar”.
Pensando en las posibilidades de transformación y mejora, José Soto Galindo, editor de la versión digital de El Economista, destacó la importancia del periodismo de investigación que ha logrado emanciparse de la publicidad y el contenido generador de clics: “Hay que considerar que la noticia muere cuando la publicamos; lo que sigue es darle continuidad”.
Como ejemplo de éxito de este modelo, Jorge Carrasco Aráizaga, Director de la Revista Proceso, compartió que el semanario ha sustentado su modelo de negocio a través de la fidelidad de los lectores: “El medio funcionó gracias al modelo de suscripción, mismo que debe encontrar nuevas formas de crear valor en una época en la que la información es considerada un bien público por el que no hay que pagar”.
Como SUJ estamos convencidos que la posibilidad de fortalecer y potenciar procesos democráticos pasa por lograr condiciones para el ejercicio pleno de los derechos a la libertad de expresión y al acceso a la información en nuestro país. Sumado a ello, la diversificación de las voces, crear modelos de negocio rentables y reivindicar la tarea del periodismo como el oficio que vigila, cuestiona y visibiliza el ejercicio del poder son parte de los retos a los que las universidades confiadas a la Compañía de Jesús nos comprometemos a atender en un trabajo conjunto con organizaciones de la sociedad civil, profesionales de la comunicación, investigadores y académicos.